La Iglesia en EE.UU. rompe el silencio: “Buscar asilo no es un delito”

  • Los obispos norteamericanos piden que se siga brindando apoyo económico a los países de América Central para mitigar las causas que provocan la migración 
  • Llaman a los gobiernos a respetar el derecho internacional y las leyes que protegen a quienes buscan un refugio seguro

La Iglesia norteamericana se había mantenido en silencio desde que el pasado 13 de octubre cuando miles de centroamericanos –hondureños en su mayoría– ingresaron al territorio mexicano con la intención de llegar a la Unión Americana en busca de una vida más digna.

Este lunes rompió el silencio, y a través de un comunicado, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) hizo un llamado a proteger a los migrantes, pues –dicen– “buscar asilo no es un delito”.

Los obispos instaron también a todos los gobiernos involucrados a respetar el derecho internacional y las leyes que protegen a quienes buscan un refugio seguro, y garantizar que todos aquellos que regresan a su país de origen sean protegidos y repatriados de manera segura.

Acción humanitaria

La USCCB señaló que “como cristianos, debemos responder al llamado de actuar con compasión hacia los necesitados y trabajar juntos para encontrar soluciones humanas que honren el Estado de derecho y respeten la dignidad de la vida humana”.

El presidente del Comité de Migración de la USCCB,  el obispo Joe Vásquez, de Austin, Texas, así como el presidente y director ejecutivo de Catholic Relief Services, Sean Callahan, y la presidenta y directora ejecutiva de Catholic Charities USA, la hermana Donna Markham, emitieron una declaración conjunta en la que llamaron a la acción humanitaria hacia aquellos que buscan protección, al tiempo que exhortaron a todas las personas de buena voluntad a hablar y actuar con compasión hacia aquellos que emigran al norte y buscan refugio de la violencia y la pobreza.

Tristeza por su situación

En su mensaje, manifestaron que “como agencias católicas que ayudan a los inmigrantes pobres y vulnerables en los Estados Unidos y en todo el mundo, nos sentimos profundamente tristes por la violencia, la injusticia y el deterioro de las condiciones económicas que obligan a muchas personas a huir de sus hogares en América Central”.

Señalan que si bien las naciones tienen el derecho de proteger sus fronteras, este derecho conlleva responsabilidades: los gobiernos deben hacer cumplir las leyes de manera proporcional, tratar a todas las personas con humanidad y proporcionar el debido proceso.

Ante la amenaza del presidente Donald Trump de retirar el apoyo económico a los países centroamericanos por no haber frenado la Caravana Migrante, los firmantes abogaron por las continuas inversiones de los Estados Unidos para abordar las causas subyacentes de la violencia y la falta de oportunidades en Centroamérica.

“Nuestra presencia en todo el continente americano nos ha convencido de que la migración es un problema regional que requiere una solución integral y regional. Un enfoque de sólo cumplimiento no aborda ni resuelve las causas principales que causan que las personas huyan de sus países en busca de protección”, señalaron.

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