Este miércoles 24 de enero, día de san Francisco de Sales, patrón de los periodistas, se ha publicado el mensaje del papa Francisco para la 52º Jornada de Comunicaciones Sociales, que se celebra el próximo 13 de mayo.
El mensaje se titula ‘La verdad os hará libres, Fake news y periodismo de paz’, y en él el Papa ha querido hablar de este fenómeno de las fake news (noticias falsas) que se ha producido a raíz de un contexto comunicativo cada vez más veloz propiciado por las nuevas tecnologías.
Qué son las fake news
En primer lugar, Francisco define el concepto de fake news, informaciones normalmente carentes de fiabilidad, bien por estar infundadas o porque los datos sobre los que se basan están distorsionados, que se lanzan con un objetivo manipulador.
Además, como explica en el mensaje, son eficaces “por su capacidad mimética, es decir, su capacidad de aparecer como plausibles”.
Otro elemento que alimenta su verosimilitud es que suelen ser capciosas, “hábiles para capturar la atención de los destinatarios poniendo el acento en estereotipos y prejuicios”.
Finalmente, un elemento que las caracteriza es que se dan en “ambientes digitales homogéneos e impermeables a perspectivas y opiniones divergentes” es decir, donde no hay posibilidad de comparar con otras fuentes, lo que induce al reconocimiento de las mismas como verdaderas y dificulta su erradicación.
¿Cómo podemos reconocerlas?
Esta es la segunda pregunta a la que responde Francisco en el documento. Para empezar, advierte de que “ninguno de nosotros puede eximirse de la responsabilidad de hacer frente a estas falsedades”. Y al mismo tiempo, halaga las iniciativas educativas para aprender a leer y valorar, es decir, a discernir, para poder desvelar estas noticias falsas.
El Obispo de Roma introduce en este punto un nuevo concepto, la “lógica de la serpiente”, ya que las ‘fake news’ son como una víbora capaz de esconderse y morder. Pero esta estrategia, recuerda el Papa, ya la conocemos, pues es la que usó el demonio en forma de serpiente en el Génesis, siendo “la artífice de las primeras ‘fake news’ que llevó a las trágicas consecuencias del pecado (…) y en otras innumerables formas de mal contra Dios”.
Y así funcionan, igual que en la tentación de Adán y Eva. La serpiente se acerca a Eva interesándose por ella y con sutiles mentiras que parecen reales, la induce a la tentación. Esto lleva a un razonamiento “ninguna desinformación es inocua; por el contrario, fiarse de lo que es falso produce consecuencias nefastas“.
Pero no queda aquí, el Papa también recuerda que la codicia suele estar detrás de este fenómeno. “Las mismas motivaciones económicas y oportunistas de la desinformación tienen su raíz en la sed de poder, de tener y de gozar” algo que concluye en “robarnos la libertad del corazón”.
La verdad os hará libres
“El antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad es dejarse purificar por la verdad“. Así de tajante es el Papa frente a la mentira. Pero no se refiere a la verdad en el sentido de sacar a la luz los secretos, sino “aquello en lo que uno se puede apoyar para no caer”. Y, como recuerda Francisco, lo único verdadero en este sentido es Dios vivo (“Yo soy la Verdad” Jn 14;6). Y a través de Dios y de su Amor, se llega a esta Verdad, que, como recuerda el Evangelio, nos hace libres.
“Para discernir la verdad es preciso distinguir lo que favorece la comunión y promueve el bien, y lo que, por el contrario, tiende a aislar” aconseja el mensaje. Por ello, solamente puede brotar de relaciones libres entre las personas, en la escucha recíproca. Finalmente recuerda que “una argumentación impecable puede apoyarse sobre hechos innegables, pero si se utiliza para herir a otro (…) no contiene en sí la verdad”.
La paz es la verdadera noticia
La conclusión del mensaje es simple: “El mejor antídoto contra las falsedades no son las estrategias, sino las personas (…) dispuestas a escuchar, y permitir que la verdad emerja a través de la fatiga de un diálogo sincero y se responsabilizan en el uso del lenguaje“.
Por tanto, si la responsabilidad juega un papel tan importante en la desinformación, existe un compromiso especial para aquellos cuya profesión es informar, los periodistas. Ellos son quienes deben “recordar que en el centro de la noticia no está la velocidad en darla y el impacto sobre las cifras de audiencia, sino las personas”.
Por ello el Papa finaliza su mensaje llamando a un periodismo de paz, “sin fingimientos, hostil a las falsedades, a eslóganes efectistas y a declaraciones altisonantes; un periodismo hecho por personas para personas” que no tema buscar la verdad.
