La pastoral universitaria teme que se dé “carta blanca” al asalto de capillas

El juez absuelve a Rita Maestre al considerar “virtual” la profanación de la Complutense

Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid por Ahora Madrid, condenada y absuelta de un delito contra los sentimientos religiosos por asaltar la capilla de la Universidad Complutense de Madrid

Rita Maestre, durante el juicio, junto a su compañero de partido, Héctor Meleiro, absuelto en primera instancia

RUBÉN CRUZ | Irrumpir en una capilla al grito de “menos rosarios y más bolas chinas”, “arderéis como en el 36”, “contra el Vaticano, poder clitoriano”, “el Papa no nos deja comernos las almejas” y “vamos a quemar la Conferencia Episcopal” es libertad de expresión y no un delito contra los sentimientos religiosos. Así lo considera la Audiencia Provincial de Madrid, que absolvió el pasado 16 de diciembre a Rita Maestre, portavoz de Ahora Madrid, de la sentencia que la condenó en marzo al pago de una multa de 4.320 euros por manifestarse con el torso semidesnudo en la capilla del Campus de Somosaguas de la Universidad Complutense en 2011.

La Sala estima el recurso de apelación interpuesto por la defensa al considerar que no hubo profanación: “No tocaron el sagrario, no alteraron la disposición del altar. (…) Se podría hablar, quizás, de un acto de profanación virtual o gestual, pero no de un acto físico de profanación…”.

El Arzobispado de Madrid no denunció los hechos. Las denuncias fueron a título personal de aquellas personas que se encontraban en la capilla y se sintieron heridas. Feliciano Rodríguez, delegado de Pastoral Universitaria de Madrid, explica a Vida Nueva que la decisión de no denunciar no obedece a que el acto “sea irrelevante”, sino a que la disposición del Arzobispado “siempre ha sido la de perdonar, pero perdonamos porque existe una ofensa”.

El sacerdote respeta la sentencia. No obstante, “me parece que es un acto que claramente está vulnerando la libertad de culto y que, aunque no rompieran nada, sus expresiones y sus palabras parecen constitutivas de un delito contra los sentimientos religiosos”. En este sentido, el P. Feliciano teme que “un hecho así pueda sentar precedente y dar carta blanca a actuaciones similares”.

Libertad de expresión

Pese a los temores, la sentencia de absolución no sienta jurisprudencia, puesto que no ha sido dictada por el Tribunal Supremo. En este caso, “podríamos, como mucho, hablar de cierta corriente doctrinal cuyo futuro en el más alto tribunal desconocemos”, indica Enrique Díaz, abogado del departamento de Civil y Mercantil de Alter Consultores Legales.

¿Y puede ampararse el asalto a una capilla por el derecho a la libertad de expresión, como recoge la resolución? “Se ha atendido en mayor medida al derecho a la libertad de expresión que a la voluntariedad de lesionar la libertad religiosa. Nuestro ordenamiento jurídico siempre ha respetado la libertad de expresión con el único límite de la vulneración de otros derechos fundamentales, como la libertad religiosa”. Por tanto, “una sentencia motivada en sentido contrario también habría resultado coherente y ajustada a derecho”, dice el abogado.

La sentencia, a la que no cabe interponer recurso, se apoya en “el perdón del ilustre prelado” Carlos Osoro para desproveer de responsabilidad a Maestre. Lo que el P. Feliciano considera “injustificado”, ya que “se trata de ámbitos distintos: una cosa es la conciencia y el perdón del Señor y otra es la Justicia”.

Alumnos que vivieron el asalto se muestran desconcertados por el desenlace. Alfonso Calavia, miembro de la Asociación Cultural Atlántida, que repartió un manifiesto “en nombre de la libertad” el día después del asalto, cree “firmemente que fue un acto con intención de hacer daño. Es un problema de libertad, ni si quiera de respeto o tolerancia, sino de verdadera libertad”. Asimismo, añade que el hecho de que “la sola presencia de los cristianos en la Universidad suscite odio no es un problema de los cristianos, sino de gente intolerante”.

En su opinión, estos actos no tienen nada que ver con la libertad, “sino con la ideología, con la imposición del pensamiento propio, con la eliminación de lo distinto. Bastan un par de conversaciones para que ellos lo reconozcan”.

Publicado en el número 3.017 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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