CHILE – Laicos de Osorno piden frente a la Nunciatura la renuncie de su obispo

Muchos siguen insistiendo en denunciar a Juan Barros Madrid, mientras otros proponen buscar la reconciliación a través del diálogo.

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Viajaron toda la noche desde Osorno para manifestar su descontento en la puerta de la Nunciatura Apostólica, a la cual llegaron después de haber caminado dos horas desde la Catedral de Santiago. Mario Vargas, vocero del Movimiento de Laicos y Laicas de Osorno, definió el motivo de esta acción diciendo: “queremos una Iglesia en la que volvamos a compartir con nuestros pastores, como fue antes, y no esta situación con Barros que no cumple lo que la misma Iglesia pide para los obispos: que no cause escándalo, que tenga conducta irreprochable y que no divida a su grey”. Marisol Marty, también vocera de la organización, agregó: “hace un año y medio en Osorno la pastoral está detenida, paralizada, porque la ciudadanía no acepta la calidad moral del señor Barros. Nuestra acción es consciente, responsable, ante esa inmovilidad. Esperamos seguir trabajando con nuevas estrategias, incluso a pesar de la no respuesta por parte de las autoridades de la Iglesia”.

Juan Barros, designado obispo de Osorno en enero de 2015, es denunciado por encubrir casos de abusos sexuales cometidos por el ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima, condenado por el Vaticano y por la justicia civil por abusos sexuales reiterados en esa parroquia. Juan Carlos Cruz, uno de los denunciantes de Karadima, ha dicho que “Barros estaba al lado mío cuando Karadima abusaba de mí y de otros”. Y agregó: “Barros violaba secretos de confesión y otras cosas más para atormentar a quienes querían hacer frente a Karadima”.

Los opositores a Barros recibieron con dolor e incomprensión las palabras del Papa Francisco en un video grabado en la Plaza de San Pedro. Hablándole al entonces vocero del Episcopado chileno, Jaime Coiro, y a su familia, el Santo Padre enfatizó: “la única acusación contra ese obispo fue desacreditada por la corte judicial”. Y le pidió a la gente de Osorno que “no se dejen llevar de las narices por todos los zurdos que armaron la cosa… Sí, Osorno sufre, pero por tonta”. Estas palabras del Papa causaron indignación y dolor en la organización de laicos, que consideró que el Pontífice estaba mal informado, porque ellos son gente de larga y reconocida trayectoria en las comunidades de la Iglesia.

 

Optar por otros caminos

Pedro Kliegel, sacerdote diocesano originario de Alemania con más de 50 años en Osorno, es uno de los más fuertes actores en la demanda por el cambio de obispo. Él aseguró que “después de mucha insistencia el obispo aceptó, hace algunos meses, un encuentro con el clero diocesano, excluyendo a los diáconos. Fue fuerte. En un segundo encuentro nuevamente hubo palabras duras, durante casi dos horas. Como no pasó nada, le escribí nuevamente una larga carta haciéndole ver que no podemos seguir así en la diócesis pues no hay pastoral, hay desánimo, cada uno hace lo que puede, el obispo sigue siendo rechazado en las comunidades,aunque piensa que todo va muy bien. Es sólo pantalla. Le he escrito dos veces más, sin respuesta”. Y sentencia: “Esto es lo típico de Barros, postergar, que pase el tiempo, que uno olvide. Mientras, el clero sigue dividido y el ambiente es pésimo”.

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Kliegel ha tomado distancia del movimiento de laicos. Dice estar convencido de que estas protestas no sirven y se debe optar por otros caminos: “Ellos persisten, pero van perdiendo fuerza. Sabemos muy bien que desde Roma no habrá cambios. Nos queda solamente el intento de diálogo con el obispo para que reconozca su posición y frente a ésta se busque una solución, que debe ser, nos guste o no, una posible reconciliación. Ya se lo hemos dicho. Esta sería la solución más cristiana, difícil, en la línea del año de la misericordia y ante todo según el Evangelio. Muchos vemos esto como único camino. Será largo, pero es el camino justo. Perdón debe haber. Por ello seguimos luchando, la esperanza no defrauda. Amamos a la iglesia, aceptamos la decisión del Papa, aunque no comprendamos nada y seguimos buscando una salida del túnel”.

Mientras tanto, el movimiento de laicos persiste en sus manifestaciones, como ésta última realizada en la puerta de la Nunciatura bajo el lema de “Obispo encubridor no puede ser pastor”. Allí, un grupo de unos 50 manifestantes, durante unas dos horas, rezó, cantó y escuchó una lectura de un trozo del Evangelio.

ROBERTO URBINA AVENDAÑO. SANTIAGO

 

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