CHILE: Controversia por el aborto

Diversos sectores rechazan el proyecto de ley para despenalizar la interrupción del embarazo.

“Se pretende establecer una contraposición engañosa entre el derecho a elegir de la madre y el derecho a la vida del hijo que está por nacer. Entonces ¿qué justifica que la libertad de la madre esté por encima del derecho a la vida de su hijo?”, expresó Ricardo Ezzati, cardenal arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, en una entrevista al portal Iglesia.cl. A pocos días de la votación en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, que aprobó el proyecto de ley, el arzobispo reafirmó los planteamientos que habían sido expuestos el año pasado en el documento El derecho humano a la vida, a una vida digna para toda persona y, recientemente, por los obispos Fernando Chomalí y Felipe Bacarreza a través del diario El Mercurio. Allí generaron una fuerte controversia con comentaristas que refutaron sus planteamientos y argumentaron a favor del proyecto de ley.

En 2014, en su primer discurso ante el Congreso Nacional, la presidenta Michelle Bachelet expuso las reformas que impulsaría su gobierno. Una de ellas fue despenalizar el aborto por tres causales: riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto y violación. Desde entonces el tema ha estado en permanente discusión. Ha sido la jerarquía de la Iglesia la que ha expresado más claramente su oposición a este proyecto aduciendo que deja las puertas abiertas al aborto en general. Médicos y académicos, políticos y parlamentarios también han expresado sus diversos argumentos.

 

Argumentos de Ezzati

Respecto a la primera causal Ezzati expresó:“los expertos nos dicen que esta primera causal no tiene justificación. El médico ejerce su profesión fundado en la ciencia y en la competencia, buscando salvar la vida de la madre y del niño. Sin embargo, la intervención médica que busca un tratamiento adecuado para la mujer enferma, y que tiene como consecuencia –indirecta y no querida– la muerte del que está por nacer, moralmente no es considerada aborto. En este caso no sería necesario despenalizar, por la sencilla razón de que no hay delito”.

En relación a la segunda causal, el cardenal chileno fue consultado si forzar a una mujer a continuar con un embarazo incompatible con la vida, o esperar a que muera el feto, ¿no es prolongar su sufrimiento? Y respondió: “Es muy probable que así sea, sin embargo, ese sufrimiento tiene un hondo sentido e irá acompañado del consuelo humano y espiritual de haber entregado a ese hijo o hija todo el cariño y cuidado que se le pudo regalar. El sufrimiento se prolongaría mucho más –así lo creo- con una intervención que termine con una vida que los esposos han querido como prolongación de su amor”.

En cuanto a la tercera causal, Ezzati señaló: “la agresión que supone una violación es injustificable. Ahora, junto con la injustificable y dolorosa situación de la mujer y madre, no se puede silenciar que también está en juego una tercera persona, que es inocente, una vida que no tiene ninguna culpa de haber sido concebida, y que no ha cometido ningún delito para ser condenada a muerte”.

En 1931 se legalizó el aborto terapéutico contemplado en el Código Sanitario para situaciones definidas por ley. A inicios del gobierno militar, durante la preparación de la nueva Constitución hubo intentos por incorporar allí la prohibición total de la interrupción del embarazo, pero finalmente quedó sólo una expresión que requería una ley para su regulación lo que se materializó recién en 1989, al finalizar ese gobierno derogándose las disposiciones de 1931 y quedando prescrito que no podrá ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea provocar el aborto. Desde la recuperación de la democracia varios proyectos de ley han sido propuestos en el Parlamento, sin avanzar en acuerdos, hasta el proyecto actual que busca despenalizar la interrupción del embarazo por esas tres causales. Y que en estos días está en plena discusión en el Congreso Nacional.

ROBERTO URBINA AVENDAÑO. SANTIAGO

Compartir