URUGUAY: Iglesia y gobierno unidos por “la cultura del trabajo”

El cardenal Sturla y el ministro Murro disertaron el trabajo y su capacidad de dignificar a la persona

En los últimos días de octubre, y a una semana de que se llevara adelante el Atrio de los Gentiles en la ciudad de Montevideo, la Iglesia uruguaya ya estaba dando muestras de su importante tradición de apertura y diálogo con la sociedad toda. Al mismo tiempo, un Estado que desde principios del siglo pasado se ha mostrado tan fuerte en su tradición secular –y por momentos laicista– se mostró también abierto, receptivo y dispuesto a trabajar codo a codo con los sectores de la sociedad que busquen también el bien común, incluso aunque implique andar refiriéndose a encíclicas y a la Doctrina Social de la Iglesia.

Por eso, el 29 de octubre la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y la Fundación Konrad Adenauer organizaron el encuentro La cultura del trabajo, en el que hablaron el cardenal Daniel Sturla y el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro.

Sturla enmarcó la perspectiva teológica sobre el tema aseverando que “creemos en un Dios trabajador, trabajador con sus manos, como Jesús. No es que haya un trabajo más digno que el otro”. Aseguró que cuando alguien hace algo poniendo lo mejor de sí, “encuentra ahí una dignificación de su persona”. “El trabajo bien hecho, sea cual sea, tiene una dimensión que ojalá sepamos valorar”, expresó.

Vinculó también el trabajo con el “sentido profundo que tiene el vivir” y su importancia para combatir el vacío que muchas veces se impone. “Donde sólo sirve divertirse, en la cultura de la frivolidad, como divertirse es lo máximo, trabajar es horrible”, resumió.

El cardenal uruguayo subrayó la importancia de “descubrir la alegría del trabajo bien hecho” desde temprana edad, y recordó también la hipoteca social que pesa sobre la propiedad privada desde la concepción cristiana, donde los bienes poseídos y los dones recibidos implican una responsabilidad.


Generar cultura de trabajo

A su turno, el ministro Murro contó desde que desde que le ofrecieron la cartera comenzaron a pensar y a sostener que “Uruguay tenía que trabajar este tema para continuar el desarrollo. Para que no queden resabios del tiempo de la dictadura, de crisis graves como la de 2002, del consumismo, de aquello de ‘hacé la tuya’, o sea, de las contradicciones que genera el desarrollo”.

Ya en diciembre pasado se empezó a trabajar junto con la enseñanza pública, “porque educación y trabajo deben estar íntima y dialécticamente relacionados”, contó. También explicó cómo se “creó un grupo asesor en el Ministerio, con 25 referentes del mundo empresarial, sindical, trabajador y académico” que formuló un documento con determinadas acciones a implementar. Ese grupo consensuó una definición de cultura del trabajo, que incluye la suma de conocimientos específicos, una actitud honesta y productiva, el valor humano, el deseo de progresar, de trabajar en conjunto, el respeto por el trabajo y las obligaciones de empresarios, trabajadores, usuarios, consumidores y ciudadanos.

uy2 copiaEl ministro, quien se declara ateo, señaló los puntos de contacto entre la concepción del gobierno y lo expresado en la Laudato si’ en este tema: “planteamos tres principios: diálogo, respeto y transparencia. Y el Papa en la encíclica dice cosas similares, se refiere a construir la verdad juntos, a respetar, recordando que el ser humano es agente de mejora material, moral y espiritual”. También sostuvo que la actividad empresarial “no es sólo la acumulación de riqueza lucrativa, sino además debe estar orientada al bien común”.

Culminó señalando que la promoción de una cultura del trabajo “es un proyecto a largo plazo”, que “llevará años”. “Necesitamos el esfuerzo y la participación de todos, trabajar juntos, aprender de los errores y los aciertos. Por eso, eventos como los de hoy nos satisfacen y enorgullecen por el país que tenemos y merecemos”.

MARTÍN DE SALTERAIN. MONTEVIDEO

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