La “luz verde para disparar” desangra Tierra Santa

La última crisis, con casi 60 muertos, hace renacer el riesgo de una tercera intifada

La Vía Dolorosa es testigo estos días de cacheos y mayor presencia policial

La Vía Dolorosa es testigo estos días de cacheos y mayor presencia policial

 

La última crisis entre israelíes y palestinos, desatada semanas atrás ante los rumores de que el Gobierno de Benjamin Netanyahu planeaba modificar el statu quo actual y dificultar el acceso a la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, ha derivado en una sucesión de ataques (como a la tumba del patriarca José, en Nablús, que varios palestinos intentaron quemar el viernes 16) y casos de apuñalamientos de árabes a israelíes, respondidos a su vez por estos con armas de fuego. En total, al cierre de esta edición, habían muerto casi 60 personas: 49 palestinos, ocho israelíes, un árabe judío y un eritreo.

Desde Roma, donde participa en el Sínodo sobre la Familia, el patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, ha lamentado esta espiral de violencia sin fin. “En un país democrático –ha declarado a Fides–, cualquier acto criminal se puede castigar por la ley, y cuando el juez dicta la sentencia, todos aceptan. Ahora, todos los civiles en Israel tiene luz verde para disparar. Hay ejecuciones extrajudiciales y linchamientos. Y el uso desproporcionado de la fuerza siempre es un signo de debilidad. Mientras que lo que hace falta es tener nervios de acero y una mente clara para reconocer y eliminar las causas de esta nueva ola de violencia, y defender juntos el perfil de Jerusalén como una ciudad de paz, por el bien de todos”.

La tensión es tal que, por unas horas, las autoridades israelíes llegaron a colocar un muro de separación móvil dentro de Jerusalén para separar barrios judíos de los árabes. Una medida que amagaron con estabilizar en el tiempo, lo que contó con el rechazo absoluto de Twal: “Nos entristece y desfigura el rostro de la Ciudad Santa. Si continúa esta política de separación, cada persona se desplazará a Jerusalén llevando consigo su propio muro, su barrera que lo separa de los demás”.

Con el mismo tono de pesar, condena e invitación a acometer de un modo serio las negociaciones de paz entre las dos comunidades enfrentadas, el director de Cáritas Jerusalén, Raed Abu Sahlia, ha emitido un comunicado en el que denuncia un “aumento del miedo en ambas partes que puede llegar a convertirse en histeria o pánico”, en una “incitación que conduzca a consecuencias dramáticas, como el asesinato de personas inocentes solo porque se sospecha que pueden ser peligrosas o porque su aspecto es distinto”.

Un bloqueo injustificado

En este sentido, Abu Sahlia cree que, entre las causas que han originado esta última crisis, están “todas las medidas de seguridad adoptadas por las autoridades israelíes, especialmente en la Ciudad Vieja y en los barrios palestinos circundantes, tales como bloqueos y cierre completo de calles que impiden el acceso a mezquitas. Creemos que esto, aparte de no resolver el problema, no hará sino aumentar la tensión y el odio. ¡La violencia engendra violencia!”. Del mismo modo, el director de Cáritas Jerusalén observa que también ha sido perjudicial “la cancelación de permisos para entrar en Jerusalén o Israel, que dará lugar a un aumento del desempleo y de las dificultades económicas para las decenas de miles de familias de los trabajadores que dependen totalmente de los ingresos de quienes trabajan ahí”.

Consciente de que el turismo religioso es un eje esencial en el sostenimiento de las comunidades locales, el sacerdote reclama el apoyo de “todos nuestros hermanos y hermanas cristianos”, para que “no tengan miedo” y sigan visitando Tierra Santa: “¡No nos dejen aislados! Lo pedimos como una señal de solidaridad con la población y, sobre todo, con la comunidad cristiana de Tierra Santa”.

Finalmente, Abu Sahlia exige el compromiso de la comunidad internacional y altura de miras a los líderes palestinos e israelíes: “La única forma de salir de esta situación terrible es tener una visión clara y tomar la valiente decisión de volver a la mesa de negociaciones con un calendario claro y objetivo para poner fin a la ocupación tan pronto como sea posible”.

Para este sábado 24, la Juventud Cristiana de Palestina ha organizado vigilias de oración por la paz en los templos católicos de Tierra Santa. Una invitación que hacen extensible a toda la sociedad, incluidos musulmanes y judíos.

M. Á. Malavia

Compartir