Religiones y justicia climática

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Perspectivas desde lo sagrado sobre la Creación

Después de dos décadas de infructuosas negociaciones, la humanidad espera que los gobernantes reunidos en París en diciembre próximo, durante la llamada COP 21, logren un acuerdo para que la temperatura media del planeta no aumente más de 2°C. Traspasar ese umbral significa la desaparición de la vida que actualmente conocemos.

La gravedad de la situación motivó a la Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales y Regionales (CGLU) a organizar el Encuentro de las Américas frente al Cambio Climático, en Bogotá entre el 20 y 23 de septiembre. En este contexto, la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), la Mesa Ecoteológica Interreligiosa de Bogotá (MESETI), la Oficina de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de la Orden Franciscana –Provincia de la Santa Fe– y la Comunidad Luterana de Colombia, organizaron el Seminario- Taller Ecoteológico “CIUDAD, RELIGIONES Y CAMBIO CLIMÁTICO: Perspectivas desde lo Sagrado” en la Universidad San Buenaventura el pasado 21 de septiembre.

El producto del evento fue un texto que aportó a la Carta de Bogotá, declaración final del Encuentro de las Américas, integrando elementos de la responsabilidad ambiental de las organizaciones religiosas e incorporando en el debate sobre la justicia climática el sentido de lo sagrado y sus implicaciones éticas, teológicas y espirituales. Eso significa una conciencia especial sobre la situación de los más vulnerables al cambio climático, quienes, por lo general, no son los que emiten más gases de efecto invernadero a la atmósfera.

El evento, en sí, fue un laboratorio de reducción de la huella de carbono, consumo responsable, gestión integral de residuos, movilidad ecológica y diálogo de saberes, en el que más de un centenar de participantes, se cuestionaron y pusieron en práctica hábitos coherentes con el estilo de vida requerido para cuidar la vida en el planeta. Los participantes fueron delegados de organizaciones  de diversos credos, educadores, ambientalistas, líderes y lideresas sociales, funcionarios públicos, empresarios, representantes del sector solidario y, en general, personas interesadas en el diálogo interreligioso y la ecoespiritualidad como camino a una justicia climática.

La transmisión vía streaming posibilitó un efecto multiplicador del evento en varias parte del mundo: se reportaron más de 4.000 entradas en otros lugares de Colombia y en países como Holanda, Chile, Ecuador, Costa Rica, Estados Unidos, Bolivia, Republica Dominicana, Italia, España, El Salvador, entre otros.

A la par del desarrollo académico del evento, algunas empresas socializaron sus iniciativas de sustentabilidad. Las más destacadas fueron POCH de Chile, dedicada a la arquitectura ecológica y las energías alternativas, y BICICLICK, pionera en incentivar el uso cotidiano de la bicicleta. También expuso sus proyectos el Centro Interdisciplinario de Estudios Humanísticos (CIDEH) de la Universidad San Buenaventura, así como MOOREA NATURAL y ZAK ECOLOGICO; un par de microempresas de medicina natural, que surgieron de procesos de reflexión ecoteológica.

Ecoteología interdisciplinaria

Es muy importante el diálogo con el sector empresarial, las organizaciones de economía solidaria y los centros de investigación, pues se requiere una ciencia con conciencia, una alianza de la técnica con la ética y un trabajo sinérgico interinstitucional para responder a la compleja realidad. La fe no riñe con el saber científico y por eso hay que hacer una ecoteología interdisciplinaria.

Aportes conceptuales

Abuela-Muisca

El coordinador del evento, D.P. Alirio Cáceres Aguirre habló del Cambio Climático en perspectiva de lo sagrado. La conferencia central sobre Ciudades y Justicia Climática estuvo a cargo de Manuel Guzmán Hennessey, quien en la tarde de ese mismo día lanzó su libro Jirafa ardiendo en la Universidad del Rosario. En el panel sobre Teología y Cambio Climático estuvieron Arianne Van  Andel, Felipe Cárdenas, Neddy H. Astudillo y Victorino Pérez-Prieto, brindando un profundo análisis basado de diversas miradas eclesiales y acentos epistemológicos. Por su parte, Guillermo Kerber, coordinador del Área de Justicia Climática del Consejo Mundial de Iglesias, envió un video con su mensaje desde Ginebra, Suiza.

En cuanto a la socialización de iniciativas de las religiones frente al cambio climático, se habló de la Acción Ecuménica por la Justicia Climática, ACT Alianza, Coalición Ecuménica para el Cuidado de la Creación, Campaña Our Voices (Green Faith), ARC World (Iglesia Anglicana), Comunidad Tao, Instituto HALAL (Centro Cultural Islámico), Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC), Alianza Católica por el Clima, Red PanAmazónica (REPAM), Secretariado Nacional de Pastoral Social y Cambio Climático, Mesa Ecoteológica Interreligiosa (MESETI), Aula Ambiental Itinerante (AUMBARI) e incluso la Policía Ecológica y Ambiental tuvo la oportunidad de exponer sus servicios y programas.

Desde la especificidad del agua, mares, biodiversidad, soberanía alimentaria, minería, arquitectura, educación ambiental, ética, modelo económico, se logró un aporte significativo a la Carta de Bogotá y unas orientaciones para continuar fortaleciendo el movimiento “Creyentes por el Ambiente” en cada uno de los territorios. Vale destacar que el ejercicio de diálogo interreligioso sobre aspectos del Cambio Climático contó con el respaldo de destacados profesionales en el área de la biología marina, agronomía, geografía, economía, ecología, biología, química, ingeniería, arquitectura, educación, trabajo social, artes, administración, filosofía, teología… lo que propició un diálogo de la religiones con las ciencias, tal como lo recomienda el Papa en Laudato si’.

Un signo de reconciliación

Durante la mañana del domingo 20 de septiembre, los pueblos originarios y el movimiento mestizo que honra la Madre Tierra promovieron la Caminata Sagrada BAQATÁ en el centro de Bogotá. Con el lema “Soy Territorio que despierta”, visitaron siete templos católicos construidos en lugares ancestralmente sagrados. Tal vez el momento más emotivo e histórico se dio en la madrugada cuando en la Catedral Primada se realizó un signo de perdón y reconciliación entre las comunidades muiscas y la Iglesia Católica, representada por Mons. Jaime Alberto Mancera, Vicario para la Evangelización en la Arquidiócesis de Bogotá. Al Salmo 103, los indígenas respondieron jubilosamente con su proclama “Je Je auyá” y uno a uno estrecharon en un abrazo de paz al sacerdote católico.

Templo, aula ambiental

 

Las decisiones en la COP 21 de París son una tarea para los gobernantes y empresarios pero también para la sociedad civil, pues debemos modificar los hábitos de consumo para contribuir a una reducción de gases de efecto invernadero a la atmósfera. La idea es que las organizaciones religiosas nos convirtamos en multiplicadoras de una sabiduría para vivir bien en nuestra casa común e incorporemos las reflexiones teológicas, caminos espirituales, prácticas litúrgicas como mediación para formar a los seres humanos en el cuidado de la vida. En esto el Papa ha señalado un camino al proponer una conversión ecológica, desde una ecología integral, para generar una cultura del cuidado que se pone en práctica desde una ecología cotidiana y unos proyectos políticos inspirados en el amor.

Fue un abrir los ojos al aporte de la teología a la cuestión ecológica. Los conferencistas internacionales, expertos en diversos matices de la ecoteología, dejaron magníficas ideas. Además, la valoración de los saberes de otras confesiones religiosas es una contribución a la paz. Estuvimos un día conviviendo, a pesar de nuestras diferencias. Unidos en el interés de salvaguardar la vida en el planeta, sembramos un nogal junto al lago, oramos juntos y nos proponemos mantenernos en red para seguir compartiendo ideas y experiencias.

Lo que viene

Está surgiendo una coalición de los “Creyentes por el Ambiente” para contribuir al rescate de la cuenca del río Bogotá. Con educación ambiental y participación ciudadana, nos uniremos a la CAR y SDA para ser veedores del proceso y aprovechar las obras de adecuación del río para que en un día no muy lejano sea navegable, tenga puertos recreativos, parques lineales y así la vida fluya. También vamos a hacer otras actividades previas a la COP 21 en París, ya que octubre y noviembre son definitivos para sensibilizar a los gobernantes de tal modo que tomen decisiones inteligentes y posibiliten la vida de las generaciones futuras (A. C.).

Grupo-Interreligioso

Encuentro interreligioso en la Plaza de Bolívar, centro de Bogotá

Texto: Alirio Cáceres Aguirre foto: MESETI

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