Mensajero, un siglo de servicio a la Iglesia

La editorial jesuita celebra su centenario en Deusto

Centenario-Mensajero

Celebración del centenario en la Universidad de Deusto

VICENTE LUIS GARCÍA (BILBAO) | “Un equipo humano y profesional que hace posible este trabajo, el apoyo de la Compañía de Jesús y la fidelidad y confianza prestada por todos los lectores”. Estas son las tres claves que, según Marta Barredo, directora de contenidos de la editorial Mensajero, explican la permanencia durante un siglo de este sello editorial en el mercado. Y es que Mensajero celebró su centenario el pasado viernes 12 de junio en la Universidad de Deusto, acompañados de más de un centenar de asistentes, entre los que se encontraban autoridades académicas, eclesiales, políticas y del mundo editorial, como el director general global de la editorial PPC, Aurelio Matos.

La Universidad de Deusto ha querido conceder el nombre “Mensajero” a una de sus salas con motivo de la celebración del centenario de este sello que, junto a su firma en euskera “Mezulari”, y a las editoriales Sal Terrae y SJDigital, forman parte del Grupo de Comunicación Loyola.

“Desde una vocación de servicio a la Iglesia y a la sociedad, todos nuestros productos editoriales han intentado ir adaptándose a los tiempos y seguir respondiendo a cada momento histórico de la Iglesia y de la sociedad”, abunda Barredo, en conversación con Vida Nueva.

Tas descubrir la placa de la sala que llevará el nombre de “Mensajero”, los asistentes se encaminaron al Paraninfo. Allí, el rector, José María Guilbert, destacó esta “editorial que ha visto crecer la propia Universidad de Deusto”; mientras que el vicario de la Diócesis de Bilbao, Félix Alonso, recordó especialmente “la publicación de El Taco”; y el provincial de los jesuitas en España, Francisco José Ruiz, se refirió a “la misión que cumple este sello de la Compañía de Jesús, constituido con vocación de perdurar en el tiempo”.

“El Grupo de Comunicación Loyola es consciente de que los retos de futuro no son muy diferentes de los del pasado –sostiene Barredo–; nuestra vocación de servicio nos lleva a ser receptivos a los tiempos y seguir siendo mensajeros del Evangelio, constructores del Reino de Dios”.

Entre los productos emblemáticos de Mensajero, se encuentran El Taco (un calendario del Corazón de Jesús), la revista Mensajero y la Biblia de nuestro pueblo. Una de sus obras, El Drama de Jesús, se sigue publicando después de 40 años y va por la edición nº 32. “Son pequeñas joyas de la casa hacia las que los lectores han demostrado su cariño”, afirma Barredo.

Recorrido histórico

En 1866 aparecía en Barcelona la primera revista El Mensajero del Corazón de Jesús de la mano de José Morgades y Gili, en el que se traducía al castellano el boletín jesuita francés. Al ser nombrado obispo de Vich, Morgades entregó la revista a la Compañía de Jesús, que la trasladó a Bilbao en 1884. El responsable de la dirección fue el P. Cecilio Gómez Rodeles. Desde entonces, se ha editado ininterrumpidamente mensualmente hasta el día de hoy.

A finales del XIX, la revista alcanzó una gran repercusión con las novelas y cuentos del P. Luis Coloma. En 1915, el jesuita Remigio Vilariño fundó la editorial creando lo que es hoy redacción de Mensajero.

En 1983, la sede de la editorial quedó asolada a causa de una grave inundación. “Tras la catástrofe –recuerda Barredo–, los jesuitas se unieron para apoyar expresamente la recuperación de este sello”.

129 años de ‘El Taco’

En 1886 aparecía el primer Taco, un calendario del Corazón de Jesús que a día de hoy, cuenta con casi 300.000 ejemplares vendidos al año. Desde entonces, son ya 129 años sin variar en la forma, aunque sí la oferta de modelos: desde el clásico pequeño con el que salió al mercado, a los cinco tamaños para pared, pasando por la últimas tecnologías en aplicaciones para móvil. El Taco, sostiene Marta Barredo, directora de contenidos de la editorial Mensajero, “es esa pequeña ventana que se abre cada día cuando uno arranca la hoja y permite al lector tener un momento de encuentro con Dios y con uno mismo. El éxito se basa en la cercanía que transmite; parece que está escrito personalmente para cada uno”. Y es que, “son muchas y muy variadas las familias y personas a las que llega El Taco, y el ritual que crea su lectura. De hecho, en muchos bares de los pueblos este calendario sigue estando presente”.

En el nº 2.946 de Vida Nueva.

Compartir