El cielo en la tierra

La sencillez de un anuncio

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ELÍAS ALCALDE MARTÍN (DELEGACIÓN DIOCESANA DE MISIONES DE GRANADA) | Belén, Nazaret, Galilea, Jerusalén… De su Nacimiento a su Resurrección, esta Navidad haremos memoria creyente de la Buena Noticia que nos trajo la venida de Jesús. La gracia de Dios se ha derramado en nuestros corazones, especialmente entre los más pobres, para invitarnos a actualizar cada día aquel misterio de Amor supremo.


I. EL PRESENTE DE LA NAVIDAD

En la tradición popular se recuerda, sin alardes extremos de catolicismo (o de laicismo), al Niño Jesúsel chiquirritín nacido entre pajas, con la calefacción del vaho de la mula y el buey junto al pesebre.

La Virgen lavando pañales y san José con barbas de buen hombre… Los ángeles y los pastores, el castillo de Herodes, los magos y la estrella, la matanza de los niños inocentes… Jesús en los brazos de la Virgen, sentada en el borriquillo, de cuyo cabestro tira san José huyendo  a Egipto, descansando bajo la palmera en un oasis del desierto…

Y “la nochebuena se va

la nochebuena se viene…”. 

Con el mismo “cuento” inocente 

el año que viene…

Con la memoria creyente de Jesús en Belén, Nazaret, Galilea…  Jerusalén, de su cruz del Calvario,  del sepulcro vacío y de su Resurrección gloriosa… recordamos, llenos de gozo y agradecimiento, la historia entera de Jesucristo, Salvador también de nuestro mundo actual, para amarlo y seguirlo mejor.

Los actuales discípulos y discípulas de Jesús, cada año, celebramos su nacimiento tomándonos la libertad de presentarlo de nuevo a todos como la Buena Noticia de la Felicidad de Dios con nosotros, para llenarnos a todos de su amor, que nos hace hijos de Dios y hermanos entre nosotros. No es un cuento para niños “inocentes”. Es una historia de amor, paz y perdón: de vida nueva, para adultos y niños, pecadores y mortales. Es lo nunca visto ni escuchado, pero realmente sucedido y así creído: 

Tanto amó Dios al mundo 

que entregó a su Hijo, 

no para condenarlo, sino para salvarlo.

A Dios nadie lo ha visto nunca:

su Hijo nos lo ha dado a conocer.

Todo el que ama ha nacido de Dios 

y conoce a Dios porque Dios
es amor
(san Juan).

Celebramos a Quien creemos, amamos y seguimos. Porque conocer a Jesucristo es la mayor alegría para vivir y convivir. Y la mejor esperanza para morir y resucitar. Recordamos, siempre de nuevo, los hechos y dichos de Jesús, para renovar, con su Espíritu, nuestra vida cada día y hacer un mundo nuevo de hermanos, justo y feliz: es la gracia de Dios para todos.

Pliego íntegro publicado en el nº 2.922 de Vida Nueva. Del 20 al 31 diciembre 2014

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