Goleada por la paz en el primer Partido Interreligioso

Iniciativa pionera en la que participaron iconos del fútbol como Maradona

El Papa rodeado de los jugadores.

ÁLVARO ESPINOSA (ROMA) | Roma acogió este 1 de septiembre un partido muy especial, en el que jugadores y ex jugadores de talla mundial se reunieron en la capital italiana para disputar el primer Partido Interreligioso por la Paz.

El partido convocado por el papa Francisco y organizado por Scholas Occurrentes del Vaticano (una red mundial de escuelas dirigidas por José María del Corral y Enrique Palmeyro) y la Fundación PUPI italiana (fundada por el ex jugador argentino Javier Zanetti), pretende ser un ejemplo de como el deporte puede unir a diferentes personas sin importar su religión, raza o condición social.

Antes del encuentro que se celebró en el Olímpico de Roma, el Santo Padre se reunió en el Aula Pablo VI con los jugadores que disputaron el partido para recordarles:

La importancia de empeñarse porque el deporte ofrezca un válido aporte a la coexistencia, excluyendo cualquier discriminación de raza, religión y credo.

El Pontífice de Roma no quiso olvidarse de los conflictos que las últimas semanas han marcado de lágrimas Oriente Próximo al afirmar:

Las religiones en particular, están llamadas a hacerse vehículo de paz y nunca de odio, porque en nombre de Dios hay que llevar siempre y solamente el amor.

Francisco también señaló que los jugadores “son admirados por sus dotes atléticas y es importante que sean ejemplo, tanto dentro como fuera de la cancha; que sean también testigos de que el deporte es alegría y unión”.

No hay que olvidar que el Papa Francisco siempre ha dado muestras de ser un gran aficionado al fútbol, especialmente del equipo argentino San Lorenzo de Almagro, por lo que no es de extrañar que valore en gran medida la importancia del fútbol como medio de cohesión social.

Los fondos recaudados serán donados al proyecto Una alternativa de vida para crear una red de escuelas en Buenos Aires y dar un futuro a miles de niños. El resultado, 6-3 a favor del equipo de Zanetti, fue lo de menos en una noche en la que la mayor virtud del deporte, la solidaridad por nuestro compañero, goleó a la pobreza.