El claustro de Palamós apunta a la Catedral Vieja de Salamanca

profesor Gerardo Boto en el claustro de Palamós

Continúa el debate cultural, político y eclesiástico en torno a su procedencia

claustro de Palamós

Claustro de Palamós

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | La distancia que hay entre dos conclusiones tan alejadas entre sí –procede de la Catedral Vieja de Salamanca o es una “recreación histórica del siglo XX”– es la incertidumbre y la perplejidad que rodea el destino del denominado claustro románico de Palamós (Girona), de nuevo en el debate político y eclesiástico.

Gerardo Boto Varela (León, 1967), profesor de Historia del Arte Medieval de la Universidad de Girona, ya había anunciado en Vida Nueva el pasado mes de octubre que discrepaba del informe del grupo de expertos de la Generalitat de Cataluña que daba por falsos los arcos, instalados en los años 50 en la finca Mas del Vent. Según estos, “no se trata de un claustro románico, sino de la recreación historicista de estilo románico propia del interés que despertaba este estilo arquitectónico durante los siglos XIX y XX”. Boto defendía una opinión muy distinta: “No estoy de acuerdo con las conclusiones. Esto no ha acabado. O no ha acabado, al menos, aquí”.

Estaba empeñado en encontrar el origen del claustro, que fue montado en 1931 en el barrio de Ciudad Lineal, en Madrid, por el marchante Ignacio Martínez. Años después, en 1958, fue vendido al coleccionista Hans Engelhorn, tío de los actuales propietarios, y trasladado a Palamós piedra a piedra.

Boto desmontó el informe de la Generalitat punto por punto, aunque este dictamen, fechado el 30 de julio, reconocía que contenía elementos originales de procedencia castellano-leonesa del siglo XII, como la piedra con la que estaban construidos los arcos, las columnas y las bases: arenisca de Villamayor, un municipio cercano a Salamanca del que han salido la mayor parte de los sillares con los que se han construido los monumentos salmantinos.

Un argumento que Boto ya usó cuando en junio denunció, en unas jornadas de la Universidad de Barcelona, la procedencia castellano-leonesa del claustro de Palamós, hasta entonces desconocido y erigido en los años 70 en el jardín de una finca particular.

profesor Gerardo Boto en el claustro de Palamós

El profesor Gerardo Boto observa los detalles de los capiteles

Antes de concluir que su procedencia es la Catedral Vieja salmantina, Boto examinó los seis arcos en pie del convento de Nuestra Señora de la Vega, también en Salamanca, aunque lo descartó por las grandes dimensiones que presenta el claustro de Mas del Vent. “El claustro cabe en el cuadrilátero claustral de la Catedral Vieja de Salamanca, en Arlanza o en Benevívere”, escribió Boto, director del III Coloquio Ars Medievalis Imágenes en acción: actos y actuaciones de las imágenes en la Edad Media, que organiza la Fundación Santa María la Real, en Aguilar de Campoo (Palencia), el próximo mes de octubre.

Al margen de la de Boto, han surgido teorías que lo vinculaban básicamente con monasterios de la provincia de Burgos, por las semejanzas con el de Silos: San Pedro de Arlanza, San Antón de Catrojeriz, San Cristóbal de Ibeas y, sobre todo, con el cenobio benedictino de San Pedro de Gumiel de Izán. Además de otras que lo relacionaban con otro monasterio de esta misma orden, el de San Benito de Sahagún (León), o con el de Benevívere (Palencia).

Sea como fuere, el origen del claustro ha movilizado a investigadores dispares y a aficionados al Románico, que se han lanzado a una verdadera carrera para averiguar su enclave original y en qué circunstancias se vendió. Cuando parecía que el polémico dictamen de la Generalitat –aunque lo declaraba falso, estimó el conjunto como singular y lo incluyó en el inventario del patrimonio catalán– enfrió el ímpetu de los especialistas en arte Románico, Boto sacó a colación la afirmación que ha generado una nueva ola de informaciones, respuestas y debates: “No solo es auténtico, sino que pertenece a la catedral románica de Salamanca”.

Terremoto de Lisboa

Según el relato de Boto, el claustro de la Catedral Vieja fue construido en 1176, con lo que cumple su tesis del siglo XII como origen indiscutible del hoy levantado en Palamós. El terremoto de Lisboa de 1755, que se sintió en toda la península, causó daños irreparables en los pilares del claustro. En 1770, el cabildo catedralicio acordó, y así lo anotó en sus actas capitulares, desmontar la arquería en 1783 para solucionar los problemas de estabilidad y humedad.

claustro de la Catedral Vieja de Salamanca

Claustro de la Catedral Vieja de Salamanca

“No se derribaron, sino que se desmontaron”, precisa Boto, que también añade que la idea era asegurar los pilares y volver a montar las arquerías. Sin embargo, en 1785, se optó por ampliar las galerías del claustro siguiendo el estilo neoclásico que se impuso en aquellos años. “Se decidió aumentar el ancho de los pasillos en al menos dos pies”, selaló Boto. La arquería quedó entonces almacenada. Y las actas no la nombran más.

A esta misma conclusión habían llegado el pasado septiembre un grupo de expertos que dirige el historiador Jesús Maldonado, vinculado a la restauración de edificios emblemáticos de Salamanca, como la Clerecía o la fachada histórica de la Universidad.

Maldonado afirmó entonces que el claustro de Palamós pudiera haberse entramado con elementos de otro existente en la Catedral Vieja, que se reformó en el siglo XVIII por los daños sufridos a raíz del terremoto de Lisboa. La convivencia de elementos de distintas épocas en un mismo claustro, según dice Boto, es algo habitual, como resultado de las reformas y añadidos a lo largo de los siglos. Esto mismo le puede haber pasado al claustro de Mas del Vent.

Según el profesor de la Universidad de Girona, no es que contenga elementos del claustro, sino que básicamente la arquería de Palamós es la que hasta 1783 estaba en la Catedral Vieja salmantina. Los añadidos del siglo XX a los que aludía la Generalitat son los materiales con los que se montó en los años 60, pero “la piedra es la arenisca de Villamayor”.

Las consecuencias del “dictamen” de Boto han sido inmediatas: la Junta de Castilla y León dice que “investigará” y que, si se conforma su procedencia de Salamanca, “se planteará reclamar el claustro”. Mientras, la Generalitat aduce que el informe de Boto es tan solo uno más que sumar a los que se están elaborando.

El deán de la Catedral de Salamanca, Ángel Rodríguez, ha sido claro en la postura eclesiástica. Ha asegurado que hará todo cuanto esté en sus manos para que se resuelvan las dudas con “carácter definitivo” sobre la autenticidad del claustro. El Cabildo, según reconoce, ya tenía desde hace “algún tiempo” conocimiento de la discusión “puramente académica”.

Mariano Casas, responsable del V Centenario de la Catedral Nueva –se celebra este año–, ha opinado que “serviría para poner a la catedral románica en su justo lugar en la historia del arte español, una noticia excelente para una ciudad de la que han desaparecido dos terceras partes de su patrimonio”.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.855 de Vida Nueva.

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