La Archidiócesis de Mérida-Badajoz analiza los problemas sociales actuales

escaparate de un comercio de zapatos con iniciativa sobre la crisis

La fe, faro transformador de la sociedad actual

personas comiendo en un comedor social

ANA BELÉN CABALLERO BRAVO. BADAJOZ | El Departamento de Doctrina Social de la Iglesia (DSI) de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz acaba de publicar un documento sobre la problemática social y económica que vivimos actualmente. Dicho documento da continuidad al que ya se publicó el año pasado sobre la crisis. En esta ocasión, y con motivo del Año de la fe, este departamento plantea que la fe se traduzca en obras y acciones concretas.

El documento, titulado Por las obras te mostraré mi fe (St 2, 18), cuenta con tres partes. En la primera de ellas, plantea la relación existente entre fe y amor: una fe que si no se traduce en obras es una fe muerta. La segunda parte del documento analiza la situación social actual desde diversos puntos de vista: el paro, la inmigración, la educación, la vivienda, el Tercer Mundo…; y en el último punto, se plantean las acciones concretas que los cristianos debemos llevar a cabo en este contexto social de forma personal y comunitaria.

Francisco Maya, director del Departamento, plantea que, “en primer lugar, debemos dejarnos afectar por la crisis”. “A medida que nos dejamos afectar, adoptamos una postura diferente en nuestra vida, vemos lo que antes no veíamos y comenzamos a informarnos y analizar lo que está sucediendo a nuestro alrededor. A partir de ahí sería importante buscar dónde y de qué manera podemos actuar: acompañando a las personas en el dolor, incorporándonos a asociaciones e instituciones, planteándonos nuestra propia vida en el compartir cristiano…”, apunta.
Respuesta de los cristianos

El documento aborda de una manera profunda algunos de los problemas más importantes ante los que tiene que hacer frente la sociedad actual: el parado, la falta de hogar, la corrupción, los emigrantes, el fracaso escolar y el analfabetismo y los excluidos y vulnerables. Ante ellos, propone una fe que ilumina y transforma y aporta pistas de cómo los cristianos podemos dar respuesta a estos problemas.

Ante las más de seis millones de personas sin trabajo que muestra la última Encuesta de Población Activa (más de 181.000 en Extremadura), desde este Departamento se pide “apostar por una nueva organización del trabajo, luchar contra las injusticias que provocan pérdidas de trabajo, fomentar la creación de trabajos concretos y cuidar el trato cercano con los parados”.

Según el Consejo General del Poder Judicial, en el tercer trimestre de 2012 se habían llevado a cabo 19.324 ejecuciones hipotecarias. Ante esa falta de hogar de muchas personas y familias, los cristianos debemos comprometernos a “no hacer de la vivienda un negocio, ser cercanos a los desahuciados reivindicando una legislación más humana y ser compasivos con los arrendatarios que no pueden pagar”.

Ante los casos de corrupción de partidos políticos e instituciones del Estado que en los últimos meses nos muestran los medios de comunicación, en este documento se pide “educar en valores sociales, desarrollar la dimensión sociopolítica de nuestra fe que nos lleve a apostar por una ciudadanía activa y favorecer propuestas alternativas: banca ética, plataformas contra la pobreza, Asociaciones vecinales…”.

El documento no olvida a los inmigrantes, que un día llegaron a nuestro país en busca de un futuro mejor y que ahora son los más vulnerables ante la crisis. Por ello, el Departamento de DSI reclama “el compromiso de los cristianos a acoger y relacionarse con los inmigrantes, favoreciendo la convivencia y el conocimiento mutuo, tenerlos presentes en todos los foros y contar con ellos en las programaciones sociales y eclesiales”.

Ante el fracaso escolar y el analfabetismo, según este documento, los cristianos “tenemos que defender la escuela y la educación de calidad como derecho fundamental para todos, apostar por la formación de los parados y por una universidad con ética social, así como implicarse y participar en los espacios educativos, apostando por una ley educativa de consenso y estable”.

Finalmente, ante los excluidos y vulnerables por la pérdida de empleo y la vivienda, la enfermedad, la ruptura de la pareja… reconoce que hay mucho por hacer: “Podemos desarrollar la dimensión socio-caritativa de nuestras comunidades, cuidar la promoción e inserción de los débiles y ser testigos de esperanza y alegría”, concluye este documento.

En el nº 2.850 de Vida Nueva.

Compartir