Charla entre el moralista Eduardo Bonnín y el escritor Gerardo Martínez
FELIPE DE J. MONROY. Foto: MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ | Parte del legado de Benedicto XVI es la opción por el diálogo, la apertura y el encuentro. En ese espíritu, Vida Nueva México ha dialogado con Eduardo Bonnín Barceló, sacerdote escolapio, doctor en Teología Moral, profesor emérito de la Universidad Pontificia de México; y con Gerardo Martínez Cristerna, filósofo, escritor, presidente de la Fundación Hombre-Mundo, sobre el tipo de pontífice que requiere la Iglesia hoy.
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Para Eduardo Bonnín, el gran reto del próximo pontífice en el mundo occidental es “la secularización, el vivir como si Dios no existiera; este es el problema principal de la Iglesia”.
“Pero, al mismo tiempo –añade–, creo que, en otras esferas mundiales, está el necesario diálogo con las religiones no cristianas, sobre todo con el mundo musulmán. Pienso que, tanto en América Latina y como en otras latitudes, se requiere una nueva evangelización, pues es indudable que el avance de las sectas responde a una inquietud religiosa que aún existe en nuestros países y a la que no siempre ha sabido responder la Iglesia católica”.
Recuperar la credibilidad
Por su parte, Gerardo Martínez considera que “el concepto de Dios no es el que está en conflicto; creo que la gente, en cierto modo, continúa creyendo en Dios. No se acerca a las Iglesias, a las instituciones, porque han perdido credibilidad; sin embargo, creo que la espiritualidad humana se necesita mucho, con o sin Dios: es necesario rezar, estar cerca de este mundo tan complejo que es la naturaleza del hombre”.
Es decir, “más allá de estar en juego el concepto de Dios, pienso que, por desgracia, está en juego aquello que hacemos propiamente los seres humanos. La Iglesia misma se ha dado cuenta de esta responsabilidad sobre nuestras obras. Siento que necesitamos reflexionar sobre lo que hemos hecho y lo que no hemos hecho”.
“La Iglesia es comunión
Ambos coinciden en la necesidad de superar la papolatría. Bonnín cita a Karl Rahner: “Él respondió a quienes aseguran que la Iglesia no es democrática, dijo que es verdad, que la Iglesia católica no es una democracia, pero tampoco es una monarquía absoluta. La Iglesia es una comunión. Y el concepto teológico de comunión es interesante para llevar a la práctica la colegialidad episcopal, la mayor responsabilidad de los laicos y de los teólogos, etcétera.
Más sobre el perfil del nuevo pontífice, su personalidad, su manera de ejercer el papado, los temas que serán cruciales, la relación de la Iglesia con el mundo, etc. en el reportaje completo, solo para suscriptores.
“Hay que superar la papolatría” [íntegro]
En el nº 2.839 de Vida Nueva.