Conferencia Episcopal se reestructura

Paz y jornada electoral parte de la agenda temática abordada en la XCI asamblea general

En el desarrollo de la XCI asamblea general de obispos, trabajaron la restructuración operativa a la que se sometió la propia Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) producto de las decisiones de trabajo adoptadas durante la jornada del 4 al 8 de julio.

Tal y como lo había anunciado Vida Nueva en su edición 31, fueron cinco los centros operativos instaurados para abarcar temáticas de manera más global sobre la realidad colombiana en todos sus ámbitos. Todo, con el propósito de servir más y mejor a las jurisdicciones eclesiásticas e iglesias particulares.
El primero de ellos es un centro que dependerá directamente de la presidencia del episcopado y que tendrá un papel primordial con respecto a los otros cuatro. Será identificado como: Centro Estratégico de Investigación, Discernimiento y Proyección Pastoral. Lo integrará un equipo de expertos en lecturas y análisis de la realidad que se ha de evangelizar. Este mismo centro apoyará y animará la evangelización que se lleve a cabo en los tres centros pastorales que prestan los servicios a la Conferencia y a las jurisdicciones. Dimensiones tan fundamentales como la comunión eclesial, la evangelización y la fe, y la evangelización de lo social ocuparán a estos tres centros pastorales.
El quinto centro, se conocerá como Centro de Desarrollo Corporativo y Organizacional y tendrá a su cargo el funcionamiento y sostenibilidad de la Conferencia, el bienestar del personal que labora en el Secretariado Permanente y en general la administración y manejo de los recursos humanos y físicos de la entidad.
No se descarta que durante la puesta en marcha de los cinco centros mencionados haya ajustes a los mismos para hacer más eficaz el servicio a los lugares más apartados del país. “La realidad es que la Conferencia debe estar al servicio de la Iglesia en Colombia y ésta al servicio de la evangelización de nuestra sociedad”, destacó durante su primera intervención en la asamblea el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Rubén Salazar al justificar la reestructuración.

Enfocar la paz no solo como cese del conflicto armado

En el marco de la agenda temática de las últimas tres asambleas generales el tema de la paz ha sido eje principal de estudio, análisis y discusiones de los obispos de Colombia, razón por la cual, en esta ocasión el llamado a la sociedad en general es tan simple como claro: “enfocar el tema de la paz, entendido no sólo como cese del conflicto armado sino también como el fruto de la construcción de la justicia social en el país”. Sin embargo, fue noticia en el transcurso de la asamblea nuevamente el tema de la entrega de las bandas criminales que en voz del obispo de Montería -recientemente nombrado obispo de Cucuta-, monseñor Julio Cesar Vidal volvió a ubicarse en los titulares de prensa de aquella semana. Es un proceso en curso que sería el segundo en pro de un cese de la violencia, que gestiona monseñor Vidal, quien ya había promovido la desmovilización de algunos grupos paramilitares. Al mismo tiempo y con motivo de los 25 años de la visita a Colombia del papa Juan Pablo II, se le recordó en un solemne acto en la Biblioteca Luis Ángel Arango. Igualmente el presidente de la Conferencia en uno de varios pronunciamientos instó a la subversión a silenciar las armas y buscar caminos diferentes a la guerra. No obstante, subrayó que “lo ideal sería que viviéramos la paz… que no hubiera insurgencia armada y el Estado procurara por todos los medios la justicia en todos los campos y por lo tanto todos los ciudadanos pudiéramos tener acceso a nuestros derechos y cumplir nuestros deberes”.
Hubo también pronunciamientos sobre los abusos a menores por parte de sacerdotes. Se ha conocido que son al menos seis casos los que son objeto de investigación, de acuerdo con las normas severas impartidas desde el Vaticano.

La coyuntura electoral

Con base en la lectura de los estudios y análisis adelantados por un equipo de apoyo sobre la realidad de las elecciones de octubre, el episcopado oficializó su posición. “Como pastores de la Iglesia que peregrina en Colombia, nos comprometemos a apoyar la formación de la opinión pública para favorecer la transparencia por encima de la corrupción, la verdad frente a la mentira, la libertad y la democracia frente a la manipulación y a la utilización del Estado al servicio de intereses particulares”.
En ocho puntos, el episcopado resumió así su llamado a los colombianos con respecto a las elecciones de octubre:

  1. Hacer que la campaña electoral se desarrolle en un clima de respeto, diálogo, debate de propuestas en el que el valor de la palabra sea la clave que deje de lado el poder de las armas.
  2. Lograr que los planes y programas planteen efectivamente propuestas para resolver las diferencias y conflictos que existen en la sociedad.
  3. Proteger el sistema democrático del influjo de agentes y organizaciones criminales, impidiendo vínculos entre redes criminales y gobernantes elegidos popularmente.
  4. Exigir a los diferentes actores armados ilegales el respeto por cada ciudadano y por cada comunidad para que éstos puedan ejercer libremente el derecho a participar en las elecciones.
  5. Fortalecer la transparencia del proceso electoral que se avecina y garantizar la moralidad de los candidatos y la participación libre de todos en las elecciones favoreciendo el conocimiento de los programas de gobierno y la no coacción por medios corruptos o por amenazas sobre el electorado.
  6. Evitar los delitos de voto fraudulento como la suplantación del sufragante, las alteraciones de los resultados en los procesos de conteo de votos, entre otros. Estos hechos le quitan legitimidad al proceso electoral y han hecho un daño histórico profundo a la democracia en Colombia.
  7. Exigir de los candidatos la presentación con honestidad y claridad de sus programas de gobierno y permitir a la ciudadanía conocer la hoja de vida de los candidatos, su nivel de conocimiento y compromiso con la realidad local y regional y las condiciones que harán posible el éxito de su gobierno.
  8. Hacer seguimiento, veeduría y control de los programas de gobierno de quienes sean elegidos.

La novedad en materia de nombramientos fue la elección de monseñor Fabio Suescún, actual obispo castrense como nuevo vicepresidente de la CEC en reemplazo de monseñor Iván Antonio Marín, arzobispo de Popayán, quien concluyó su segundo y último periodo permitido al frente de la vicepresidencia del episcopado. Así mismo, fue reelegido para un segundo periodo como presidente monseñor Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá. VNC
TEXTO: JIMMY ESCOBAR G.
FOTOS: CEC

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