‘Inside Job’: una burbuja de codicia

Un documental valiente y lúcido sobre la actual crisis económica

J. L. CELADA | Hablar (o escribir, como es el caso) sobre la crisis que saquea nuestros bolsillos y mina la maltrecha moral ciudadana empieza a ser un ejercicio tan recurrente como inútil. Tertulianos, columnistas y opinadores vienen saturando desde hace demasiado tiempo a la sufrida audiencia con hipótesis y argumentos que hoy ya no sorprenden a casi nadie. Tampoco lo hacen las múltiples declaraciones reunidas en Inside Job. Sin embargo, bien sea por el magnetismo de la gran pantalla o por la didáctica narración de los hechos, lo cierto es que el nuevo trabajo de Charles Ferguson vuelve a despertar en el espectador lo que el conformismo, la rutina o la inercia nunca deberían ahogar: la indignación frente a una coyuntura económica, política y social que pone en serio peligro la supervivencia de millones de seres humanos por la falta de un empleo o un techo.

Un drama todavía más sangrante cuando se constata que los verdaderos responsables del mismo siguen en libertad disfrutando de sus escandalosas fortunas, como denunció el realizador tras recoger el Oscar al Mejor Documental.

Merecido reconocimiento para un proyecto implacable en su aluvión de testimonios y datos (tantos que, por momentos, apabullan) y necesario como arma de reconstrucción masiva (al menos, de la dignidad) ante quienes jugaron sin escrúpulos con el dinero y el futuro de una población confiada e hipotecada.

Quizás esta película suponga el penúltimo recurso al pataleo que nos quede, pero su valentía y lucidez bien valen el precio de una entrada. Y algo más: el respeto de cuantos soñamos con ver la luz al final del túnel.

En el nº 2.750 de Vida Nueva (crítica completa para suscriptores).

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