JOSÉ LUIS CELADA | Hablar (o escribir, como es el caso) sobre la crisis que saquea nuestros bolsillos y mina la maltrecha moral ciudadana empieza a ser un ejercicio tan recurrente como inútil. Tertulianos, columnistas y opinadores vienen saturando desde hace demasiado tiempo a la sufrida audiencia con hipótesis y argumentos que hoy ya no sorprenden a casi nadie. Tampoco lo hacen las múltiples declaraciones reunidas en Inside Job. Sin embargo, bien sea por el magnetismo de la gran pantalla o por la didáctica narración de los hechos, lo cierto es que el nuevo trabajo de Charles Ferguson vuelve a despertar en el espectador lo que el conformismo, la rutina o la inercia nunca deberían ahogar: la indignación frente a una coyuntura económica, política y social que pone en serio peligro la supervivencia de millones de seres humanos por la falta de un empleo o un techo.
Un drama todavía más sangrante cuando se constata que los verdaderos responsables del mismo siguen en libertad disfrutando de sus escandalosas fortunas, como denunció el realizador tras recoger el Oscar al Mejor Documental. Merecido reconocimiento para un proyecto implacable en su aluvión de testimonios y datos (tantos que, por momentos, apabullan) y necesario como arma de reconstrucción masiva (al menos, de la dignidad) ante quienes jugaron sin escrúpulos con el dinero y el futuro de una población confiada e hipotecada.
Siguiendo un estricto orden cronológico, Inside Job estructura su propuesta en cinco grandes capítulos: “Cómo llegamos hasta aquí”, “La burbuja”, “La crisis”, “Responsabilidad” y “Dónde estamos ahora”. Tras un paradigmático prólogo con Islandia como protagonista (próspero país que en 2001 emprendió una desregulación de su sistema bancario que le llevó al borde de la quiebra en 2008), Ferguson va ilustrando su particular disección de este universo de mentiras, encubrimientos y activos tóxicos con la colaboración (o no) de expertos, profesores, asesores o implicados en la propia deriva que fueron tomando los acontecimientos camino de la explosión definitiva de la tristemente famosa “burbuja”: primero inmobiliaria, luego financiera, siempre de codicia.
La voz de Matt Damon y la cámara del director nos conducen con ritmo ágil y mirada incisiva por una jungla de nombres y corporaciones (bancos que se fusionan, aseguradoras intervenidas, agencias de calificación que hacen la vista gorda…) cuya participación –sincera, dubitativa o silenciosa– nos ayuda a descubrir la verdad desnuda de esta ruina global exportada desde los Estados Unidos. Ello explicaría que Inside Job sea exclusivamente local en su concepción, pero muy internacional en sus consecuencias.
Quizás esta película suponga el penúltimo recurso al pataleo que nos quede, pero su valentía y lucidez bien valen el precio de una entrada. Y algo más: el respeto de cuantos soñamos con ver la luz al final del túnel.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: Inside Job.
DIRECCIÓN: Charles Ferguson.
GUIÓN: Chad Beck, Adam Bolt y Charles Ferguson.
FOTOGRAFÍA: Svetlana Cvetko y Kalyanee Mam.
MÚSICA: Alex Heffes.
PRODUCCIÓN: Audrey Marrs y Charles Ferguson.
INTÉRPRETES: Matt Damon (voz del narrador), William Ackman, Daniel Alpert.
En el nº 2.750 de Vida Nueva