El poder de la gente es más poderoso que la gente en el poder

JOSÉ MARÍA ARNÁIZ | Ex secretario general de la Unión de Superiores Generales

“No es fácil respaldar los movimientos democráticos. Sí es difícil pronosticar que terminará bien este proceso. Con todo, si quienes gobiernan se convencieran de que son menos poderosos que la gente, conducirían sus pueblos de manera distinta. Este pensamiento es de sabios. “

Así trato de interpretar lo que pasó en Egipto, lo que está ocurriendo en Libia y es amenaza en varios lugares del norte de África y Oriente Medio, y que pudiera estar en el origen de lo que alguno ha llamado “una primavera árabe”. Algo similar sucede, también en la Iglesia, aunque no todos se quieren enterar. Es peligroso concentrar el poder. Con estas líneas no quiero justificar la intervención armada en Libia. El riesgo de la operación Amanecer de la Odisea es alto. No es fácil respaldar los movimientos democráticos. Sí es difícil pronosticar que terminará bien este proceso. Con todo, si quienes gobiernan se convencieran de que son menos poderosos que la gente, conducirían sus pueblos de manera distinta. Este pensamiento es de sabios.

Cuando los ciudadanos, y sobre todo los jóvenes, se alejan de la política, de los intereses particulares y egoístas, de la mediocridad, de la tiranía dura, es el momento de enarbolar la política de los valores, la participación, la amistad cívica y el coraje de impulsar los movimientos cívicos. Ello pasa por un cambio, que lo deseamos profundamente, para el mundo árabe. Quizás lo más esperanzador de todo lo que está pasando en él, en términos de un posible aperturismo tolerante y de un cambio real de estructuras políticas, sería la irrupción de una generación que aspire a un protagonismo que supere las formas anquilosadas, sean estas de monarquías o de repúblicas, y que nacieron mal. Ello supone que todos se den la mano, se miren a los ojos, se sonrían; juntos se apoyen, construyan sociedad y se escuchen cuando se llaman por celular para hacer cadena y plantar cara y ofrecer alternativa.

El poder de la gente es más potente y sería bueno que se enterase Gadafi, por supuesto, y otros que gobiernan en grande y en chico, en el mundo árabe y fuera de él.

jmarnaiz@vidanueva.es

En el nº 2.749 de Vida Nueva.

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