No nos queremos casar, queremos evangelizar

Es la gran preocupación de algunos: ¡que los curas se casen! De esto todos opinan; que sería  bueno, que daríamos ejemplo, que así se disminuiría la pederastia y que “pobrecitos solitos”. Realmente es  muy complicado en una sociedad que ha  endiosado tanto la genitalidad, concebir  estilos de vida diferentes al matrimonio y a la vida de pareja, sin embargo, los hay y aún tienen vigencia.

La verdad, los sacerdotes somos hombres que nos hemos realizado plenamente como varones, aceptando el llamado que Dios nos ha hecho de servir a su Iglesia. ¡Todo el mundo nos quiere casar! pero nosotros NO NOS QUEREMOS CASAR, lo que queremos es EVANGELIZAR; anunciar a Jesucristo, extasiarnos en el encuentro íntimo con el Dios amor, predicar a todos el Reino, acompañar tiempo completo a todos y disfrutar con “la hermana soledad” que nos ayuda a  ser creativos, contemplativos y serenos.
Es posible que en algunos momentos de la vida los sacerdotes por el activismo, la falta de acompañamiento y la rutina, experimentemos cansancio, agotamiento y crisis, pero son momentos que se superan; todos los seres humanos los tenemos, estos son necesarios en la construcción de una sólida personalidad. También puede suceder que algún hermano sacerdote considere la posibilidad de dejar su ministerio por experimentar la vida de pareja, pero  realmente la deserción es mínima, de  quince mil sacerdotes en Colombia no son al año más de dos o tres casos, los que deciden abandonar el ministerio; lo que confirma que para el sacerdote  colombiano este no es tema prioritario.
En fin, aunque este tema despierta mucha polémica, la verdad es que siempre será muy apreciada la oración, la estimación y la corrección fraterna que todos puedan hacernos, para que sigamos siendo signos y presencia de Jesucristo, buen Pastor, que da la vida por todos.

Compartir