Chema Caballero: “En las guerras, Dios te sostiene, aunque a veces te enfades con Él”

Misionero javeriano, autor de Los hombres leopardo se están extinguiendo

(J. C. Rodríguez. Soto) Chema Caballero (Castuera, Badajoz, 1961) acaba de publicar Los hombres leopardo se están extinguiendo (PPC), donde repasa los grandes cambios que se dan hoy en África desde su experiencia como misionero javeriano en Sierra Leona.

– ¿Por qué este título para el libro?

– En Sierra Leona, los hombres leopardo (personas que, según la creencia, de noche se convertían en leopardos) representan lo más tradicional de su sociedad, y esto –como muchas otras cosas– está desapareciendo. En Europa seguimos con la imagen de África de las películas de Tarzán, y no nos damos cuenta de que allí todo cambia a velocidad de vértigo.

– ¿Qué tipo de cambios?

– Sobre todo, en el mundo de los jóvenes. Sus ilusiones, sus sueños… son ahora muy parecidos a los de los jóvenes de Occidente. Hoy, en cualquier aldea remota africana hay televisión satélite, y la globalización les hace ver un mundo distinto al suyo e imaginar posibilidades que hace 20 años no sabían que existían. Eso crea mucha ansiedad, porque quieren vivir en un mundo distinto, pero no tienen medios para conseguirlo. Por no tener, ni siquiera tienen dinero para ir a la escuela, tratamientos médicos o agua potable, lo que explica que muchos quieran emigrar a Europa. Esta ansiedad lleva incluso a algunos a vivir al margen de la legalidad, metidos en el mundo del tráfico de drogas o la trata de personas, dos realidades tristes que están muy presentes en África Occidental.

– Una de las conclusiones que se saca leyendo su libro es que el futuro de África pasa por la educación…

– La salvación de África no vendrá ni de los expertos ni de las ONG de fuera, sino de los propios africanos, y en las zonas más discriminadas hay que apostar mucho por la educación, algo que –por desgracia– en África Occidental ha sido siempre un privilegio de las clases superiores. En la región de Tomko Limba, en el norte de Sierra Leona, desde 2004 hemos hecho 50 escuelas primarias, dos secundarias, una de educación infantil y otra de formación profesional. Cuando llegué allí, en 2003, solo un 25% de los niños iba al colegio, y ahora la tasa de escolarización primaria ha llegado al 80%. Una de mis mayores alegrías ha sido ver a dos de nuestras alumnas que han llegado a la universidad

– Sierra Leona estuvo once años en guerra. ¿Cómo se vive un conflicto tan largo en carne propia?

– Yo viví en Sierra Leona todos los años de la guerra excepto uno, y nunca me di cuenta de cómo puede llegar a afectarnos una situación así hasta que ha pasado algún tiempo. Todo el dolor, el odio, el sufrimiento que he presenciado, las escenas de gente huyendo desesperada, la visión de muertos por las calles… todo termina por tocarte muy hondo. No encuentras respuesta y sientes una rebeldía ante el silencio de Dios y, al mismo tiempo, notas que es Dios quien te mantiene y te impulsa.

– ¿Qué le ha mantenido en esa situación durante tantos años?

– Sentir que vale la pena estar allí para ayudar a alguien; que, a pesar de todo, ves pequeñas victorias contra el mal. Descubres que Dios está detrás de ti, aunque a veces te enfades con Él.

En el nº 2.743 de Vida Nueva (siga leyendo).

INFORMACIÓN RELACIONADA

Compartir