El cardenal mantuvo un encuentro con el ministro del Interior francés
(Vida Nueva) El cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París y presidente de la Conferencia de Obispos de Francia, ha defendido ante el ministro del Interior del país, Brice Hortefeux, la intervención de la Iglesia en el asunto de los desmantelamientos de campamentos de gitanos extranjeros; una medida que, desde finales de julio, ha expulsado de Francia a casi 1.000 romaníes rumanos y búlgaros.
El purpurado aseguró al representante del Gobierno –con quien se reunió este martes 31 de agosto– que el interés mostrado por la Iglesia “no es para impugnar la aplicación de la ley sino para garantizar que se aplique de una manera humana, respetando a las familias y los niños”.
Según una nota emitida por la Conferencia de Obispos de Francia, Vingt-Trois explicó en los preámbulos del encuentro que la Iglesia no tiene intención de atacar al presidente de la República o al ministro del Interior, pero que “es testigo de la miserable situación de estas poblaciones y no puede permanecer indiferente”.
El Gobierno actuó “conforme a la ley”
Por su parte, el ministro Hortefeux explicó que la actuación del Gobierno se había hecho “de conformidad con la ley y de conformidad con la normativa europea”. Asimismo señaló que los desalojos se habían realizado considerando las situaciones individuales y recordó que en cuatro de cada cinco casos el regreso había sido “voluntario” y acompañado de una asignación. El ministro añadió que la estancia en Francia para una familia que ocupa tierras legalmente y que puede comprobar sus ingresos no presenta ninguna dificultad.
Esta reunión se producía después de las declaraciones de varios obispos franceses en contra de la expulsión de gitanos del país y de las palabras del papa Benedicto XVI en el Angelus del domingo 22 de agosto en Castel Gandolfo, en las que llamaba a “saber acoger las legítimas diversidades humanas”.
Dimite Agostino Marchetto
Por otro lado, el secretario del Pontificio Consejo para los Migrantes, Agostino Marchetto, que ha sido noticia en los últimos días por sus críticas a la deportación de gitanos en Francia, ha presentado su dimisión ante el Papa, según informa Europa Press.
Marchetto, de 70 años de edad, ha podido presentar su renuncia por edad cinco años antes de lo establecido para el resto de los obispos (75 años) porque, al haber ejercido como nuncio apostólico, el Vaticano permite adelantar la jubilación. Según indican distintos medios italianos, el Papa habría aceptado la renuncia.
Él fue el representante vaticano que criticó la decisión de Francia de expulsar a los gitanos procedentes de Europa del Este. “No se pueden tomar decisiones contra comunidades enteras sin la aplicación a cada individuo en función del orden público”, afirmó el prelado.
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