Felicidad en tiempos difíciles

Qué duda cabe de que la crisis económica mantiene sus funestas consecuencias en la mayor parte de la sociedad española. Pero qué duda cabe, también, de que el hecho de que la Selección haya conseguido en Sudáfrica el primer Mundial de Fútbol de nuestra historia es un gran generador de felicidad, ilusión y esperanza en todo el país. El ejemplo dado supone una magnífica excusa a imitar por todos: un juego excelso a cargo de un equipo formado por jóvenes que son amigos y huyen de los flashes del estrellato. El colofón lo puso Andrés Iniesta, el héroe de la final. Un chaval sencillo, noble y que ha situado Fuentealbilla (Albacete) como la capital de una España que por unos días es más feliz.

En el nº 2.716 de Vida Nueva.

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