An education
(J. L. Celada) Se ha colado casi de puntillas en la carrera por el Oscar (aspira a los de Mejor Película, Mejor Guión Adaptado y Mejor Actriz, en la persona de la extraordinaria Carey Mulligan), quizá porque esta discreta elegancia es también una de las señas de identidad de An education, un drama romántico cuya sencilla apariencia no se corresponde con las emociones que provoca. La magia del cine tiene estas cosas: “Tan importante es contemplar el abrigo de un niño que se descose, como asistir a la muerte de 500 soldados”. Bien lo sabe Lone Scherfig.
La más que interesante realizadora danesa, responsable de títulos tan reconocidos (y reconocibles) como Italiano para principiantes y Wilbur se quiere suicidar, se desmarca de su pasado Dogma para enfrentarse a la aventura de narrar el despertar sentimental de una adolescente en la Gran Bretaña de comienzos de los años 60. Un chica que, aunque sometida a los tradicionales dictados paternos, propios de un austero país de posguerra, encontrará cauce y eco a su inteligencia y rebeldía en compañía de un joven bastante mayor que ella.
Junto a este enigmático pretendiente y a una pareja de amigos, nuestra protagonista descubrirá el placer de viajar, de asistir a cenas, a conciertos, a subastas de arte… Todo un universo que se revelará tan apasionante como traumático; agradable y doloroso a un tiempo, como la idealizada pérdida de la virginidad que planea en el horizonte. Pero, más allá de los besos furtivos y los sueños cumplidos, la realidad impone su tozuda e implacable maquinaria. Y surgen los desengaños, y las preguntas…
Es entonces cuando la directora desciende definitivamente al dilema que subyace en toda esta historia: Una educación, pero ¿cuál?, ¿la del aula o la de la vida? Eterna duda, que aquí se expresa de muy diversas maneras: ¿el latín en Oxford o el francés junto al Sena?, ¿el estudio abnegado para obtener el ingreso en la universidad o el disfrute inmediato de un tiempo intenso y efímero?… Así, hasta desembocar en el pensamiento nuclear de esta cinta, una inquietud que no sólo asalta a la colegiala que la sufre, sino que pone en jaque a todo el sistema pedagógico (familiar e institucional): “No basta con que nos eduquen –advierte–, tienen que decirnos por qué lo hacen”.
Con gran delicadeza y un ejercicio de contención de lo más británico, An education se asoma a las miserias y mentiras del mundo adulto desde la mirada de quien, enfrentada al espejo de sus decepciones, se siente “mayor, pero no más sabia”. Que esta sabiduría trace el camino que conduce a la verdadera libertad se nos antoja una cuestión de principios, los que conforman Una (buena) educación. La misma que nos mueve ahora a dar las gracias a Scherfig por este pequeño regalo y a felicitar a Mulligan por su brillante trabajo.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: An education
DIRECCIÓN: Lone Scherfig
GUIÓN: Nick Hornby, sobre las memorias de Lynn Barber
FOTOGRAFÍA: John de Borman
MÚSICA: Paul Englishby
PRODUCCIÓN: Finola Dwyer y Amanda Posey
INTÉRPRETES: Carey Mulligan, Peter Sarsgaard, Dominic Cooper, Rosamund Pike, Alfred Molina, Cara Seymour, Emma Thompson, Olivia Williams
En el nº 2.698 de Vida Nueva.