Una lectura creyente

En misión y en oración

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NICOLÁS CASTELLANOS FRANCO, OSA (OBISPO EMÉRITO DE PALENCIA) | La Vida Religiosa, experta en comunión, es una de las expresiones carismáticas y proféticas más significativas del ser de la Iglesia. El contenido, formulación y praxis de esta existencia religiosa, en su dimensión antropológica y de fe, dentro del contexto tecnológico, secularizado, empobrecido, sigue teniendo vigencia, con otros modos, pero con las mismas esencias. Me apasiona como agustino, presbítero, obispo y misionero reflexionar sobre la Vida Religiosa en esta nueva gestación, en este cambio hacia horizontes nuevos.

Una lectura creyente [íntegro suscriptores]

Ante la crisis de desesperanza, de corrupción, de soledad, de injusticia y de violencia que padecemos, la Vida Religiosa ¿qué respuestas ofrece desde Jesús? ¿Lleva a la vida las notas del Reino: la paz que nace de la justicia, el amor que nos hace iguales, la libertad de los hijos de Dios que nos hace fraternos?

Formulo esta hipótesis de reflexión, que intenté hacer tesis en mi vida: en este mundo secularizado, empobrecido, si la Vida Religiosa quiere ser significativa para la comunidad humana y eclesial, necesita ser gratuita y creyente, profética, capaz de enamorarse de Jesús y de enamorar, de sorprender y levantar esperanzas en una Iglesia llamada, en la historia y en la vida, a ser creída, aceptada, porque en ella habla Dios y se empeña en llevar a la mujer y al hombre a su realización plena de felicidad.

El religioso o religiosa, como miembro del Pueblo de Dios comprometido en la construcción del Reino, realiza la misión en el ámbito de lo temporal, en orden a la proyección de la historia hacia su meta y según su propio carisma. Por su modo de ser y de vivir, debe recordar a la Iglesia que ella no es el Reino, sino que está a su servicio; y debe también recordar a la sociedad que el Reino definitivo trasciende la historia.

Artículo íntegro para suscriptores en el nº 2.923 Especial Vida Consagrada de Vida Nueva

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