Müller: “Es necesario reconciliar los distintos partidos que existen en la Iglesia”

Gerhard Muller, prefecto de Doctrina de la Fe, en las Jornadas de Teología de Comillas octubre 2013

El prefecto de Doctrina de la Fe habla de la teología de la liberación y de las reformas del Papa tras clausurar unas jornadas en Comillas

Gerhard Muller, prefecto de Doctrina de la Fe, en las Jornadas de Teología de Comillas octubre 2013

Gerhard Müller: “Es necesario reconciliar los distintos partidos que existen en la Iglesia” [extracto]

F. OTERO. Foto: COMILLAS | Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, estuvo el pasado 2 de octubre en la Universidad Pontificia Comillas, en Madrid, para participar en las Jornadas de Teología de la citada universidad, que se celebraron bajo el título Nuevas formas de ateísmo. En concreto, Müller pronunció la conferencia de clausura, que versó sobre El Dios cristiano frente al ateísmo posmoderno en el magisterio de Benedicto XVI.

Tras concluir, y en un español con marcado acento alemán, atendió a los medios de comunicación allí presentes respondiendo a todas las demandas. Habló sobre la teología de la liberación, del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, con quien comparte la autoría de un libro al respecto, y de su polémica con el cardenal arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, quien le llamó “ingenuo” por su postura ante esta teología.

“Se ha dicho que soy de extrema izquierda. Todos somos ingenuos, pero él [Cipriani] debe saber que este no es el problema. No me importa ser ingenuo, pero es necesario reconciliar las alas, los partidos que existen en la Iglesia. Cuando todos aceptan la sana doctrina de la Iglesia, es posible tener un cierto pluralismo. Nuestra congregación no solo tiene la tarea de excluir a los heréticos, sino también de unir a los fieles en la misma fe que Jesús nos ha dado”, dijo.

En su opinión, la Iglesia debe superar las categorías políticas de izquierda o derecha, conservador o progresista: “Estas concepciones han entrado en la Iglesia, pero no tienen nada que ver con ella. (…) Existe una unidad en una cierta pluralidad; una cabeza, un cuerpo, pero diferentes miembros y carismas”.

También afirmó que la teología de la liberación “nunca ha sido deshabilitada”, sino “un elemento legítimo” de la teología católica, porque esta “tiene que ofrecer una respuesta a esta situación, sobre todo, en América Latina, donde tantos hombres viven por debajo de la dignidad humana”.

“Tenemos la Doctrina Social de la Iglesia, pero también esta teología, que se ha desarrollado después de la Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, y ha adquirido legitimidad. Claramente, el magisterio ha rechazado formas o ideas que no iban con la teología católica, pero Gustavo Gutiérrez nunca cayó en esta trampa de un cierto marxismo”, añadió.

En este sentido, apuntó que la Iglesia debe ser ejemplo y modelo de unidad, donde los hombres puedan vivir juntos a pesar de las diferencias: “Estas diferencias son adecuadas a la voluntad de Dios. Un cuerpo en Jesucristo, muchos carismas del Espíritu Santo”.

“No hay oposición organizada”

Sobre la reforma de la Curia que ha puesto en marcha Francisco, señaló que la Iglesia “no puede seguir el modelo de organización de entidades internacionales o Estados. La Iglesia es una realidad divina y, por eso, la ONU o cualquier empresa no pueden ser un ejemplo para la Curia. Las reglas del mercado o de la comunicación no pueden ser las reglas ni los principios de la forma de actuar de la Iglesia. La reforma siempre ha sido en Jesucristo, a través de Jesucristo”.

Del mismo modo, Müller no cree haya “resistencias” a la reforma espiritual que propone el Papa, aunque reconoció que las hay en todos los hombres a causa del pecado. “Todos somos un poco flojos, queremos tener una vida cómoda y nos resistimos a dar nuestra vida. Necesitamos todos una conversión cotidiana, pero no es cierto que haya una oposición organizada contra el Papa. Esto sería un escándalo”, concluyó.

Finalmente, dijo que los temores sobre la seguridad del Papa son especulaciones periodísticas: “No creo que nadie piense atacar al Papa. Aunque también podría ser. El diablo siempre ataca a todos. El atentado contra Juan Pablo II fue un atentado diabólicamente realizado por el espíritu que niega el amor. Pero no podemos pensar, como hombres inteligentes, en esas especulaciones, en esas novelas, de las que no quiero hacer propaganda”.

En el nº 2.866 de Vida Nueva

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