Fallece un misionero gaditano en Ecuador

MIGUEL ÁNGEL M. NUÑO, SDB. CÁDIZ | “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Palabras evangélicas que se han hecho realidad y plenitud en la persona del hermano Pedro Manuel Salado, misionero gaditano, fallecido en Ecuador tras rescatar del mar a siete niños de su comunidad.

Según informan desde el Hogar de Nazaret, el pasado domingo, 5 de febrero, la comunidad misionera se había ido con los niños y niñas que tienen acogidos a una playa cercana a la misión.

Mientras los niños jugaban en el agua, cerca de la orilla, una ola se llevó a siete de ellos hacia dentro. El hermano Pedro, a pesar del respeto que solía tener al mar, no dudó en lanzarse al agua y los fue sacando uno por uno. Tras sacar a los dos últimos niños –Selena y Alberto–, fallecía exhausto en la orilla.

El hermano Pedro había nacido en Chiclana de la Frontera hace 43 años, y desde 1990 pertenecía a la familia eclesial Hogar de Nazaret. Durante ocho años vivió en Córdoba, hasta que fue destinado a la misión que la obra tiene en Quinindé (Ecuador), donde ha dirigido hasta el día de su muerte un Hogar y la Escuela-Colegio Sagrada Familia de Nazaret, a la que pertenecían los niños.

Al conocer la noticia, el obispo de Esmeraldas, el español monseñor Eugenio Arellano, afirmó que “el hermano Pedro Manuel Salado murió como vivió”, con una entrega total a Dios y a los más pequeños, los niños.

En Chiclana de la Frontera, le despidieron hace poco más de una semana en una multitudinaria y emotiva Eucaristía. El alcalde de esta localidad, en representación de sus vecinos, destacó que todo el pueblo se ha volvado “con alguien que se ha comportado como un héroe, algo muy difícil de ver en una sociedad carente de valores”.

“Hacen falta personas como Pedro Manuel”, concluyó el regidor. Tras la Eucaristía, se celebró el sepelio en la intimidad de su familia y comunidad.

En el nº 2.789 de Vida Nueva.

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