Desde Alemania

+ FERNANDO SEBASTIÁN | Arzobispo emérito

“La crisis de la Iglesia en Occidente no es una crisis de estructuras, sino de fe. Por eso necesitamos una renovación espiritual, una conversión personal y comunitaria, un nuevo vigor en la vida de fe y de caridad”

Españoles y alemanes somos bastante diferentes. Pero lo que el Papa dijo a los alemanes nos viene muy bien a los católicos españoles.

Nuestro mundo está dominado por el relativismo. La Iglesia tiene que cambiar para poder anunciar eficazmente el Evangelio de Dios. Los cambios que necesitamos no consisten en acomodarnos a las exigencias del mundo, sino en convertirnos a una vida más cristiana, más cercana a la de Jesús, a la de los Apóstoles y los santos. La Iglesia tiene que desprenderse de la mundanidad que ha ido recogiendo a lo largo de la historia. La Iglesia “desmundanizada”, purificada de lo mundano del mundo, está más cerca del mundo y es más capaz de hablarle de Dios y ofrecerle su salvación.

La crisis de la Iglesia en Occidente no es una crisis de estructuras, sino de fe. Por eso necesitamos una renovación espiritual, una conversión personal y comunitaria, un nuevo vigor en la vida de fe y de caridad. Los mayores males de la Iglesia no nos vienen de fuera, sino de los cristianos mediocres. Los agnósticos que buscan sinceramente la verdad están más cerca de Dios que los cristianos rutinarios que no viven su fe.

Si somos fieles a Jesús, seremos también capaces de difundir la fe y cambiar el mundo. Tenemos que volver a lo nuclear del mensaje de Jesús. Es posible y bueno vivir en relación personal con Dios. Este tiene que ser nuestro mensaje. Dios nos ama, quiere nuestro bien y espera nuestra respuesta de fe y confianza.

La fe católica, vivida sinceramente, es una fuerza indispensable para el bien de la sociedad y de todos los hombres. La vida social y política necesita fundamentarse en el respeto a las exigencias de la naturaleza humana y de la creación entera. La fe y la razón nos dicen que este es el camino para encontrar la paz y las bendiciones de Dios.

En el nº 2.774 de Vida Nueva.

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