Benedicto XVI rememora “la gran fiesta de la fe” vivida durante su visita a Alemania

Concluido su tiempo estival en Castel Gandolfo, el Papa vuelve a la rutina semanal de audiencias y otros compromisos

El Papa, en el rezo del 'Angelus' el 2 de octubre en el Vaticano

ANTONIO PELAYO. ROMA | Benedicto XVI está, desde el sábado 1 de octubre, de nuevo en el Vaticano, dando oficialmente por terminado su período estival en Castel Gandolfo, que este año se ha prolongado más de lo acostumbrado. Parece obvio que a Joseph Ratzinger le resulta agradable retirarse a la residencia cercana al lago Albano: allí dispone de más tiempo libre y de mayor tranquilidad para trabajar en la elaboración de sus libros y de sus discursos.

La imagen del Papa volvió a asomarse el domingo 2 de octubre a la tradicional ventana de su despacho privado, que se abre hacia la Plaza de San Pedro, donde le esperaban decenas de miles de fieles bajo un sol todavía muy poco otoñal.

El Papa ya se había desplazado en helicóptero desde Castel Gandolfo al helipuerto vaticano el miércoles 28 de septiembre, para estar presente en la audiencia general en la que, como ya viene siendo habitual, hizo una amplia glosa de su aún reciente viaje a la República Federal de Alemania, “que he atravesado –dijo– de norte a sur, de este a oeste” y que calificó como “una gran fiesta de la fe”. En su opinión, esta nueva visita al país que le vio nacer “ha sido un gran don para mí y para todos nosotros, y ha suscitado alegría, esperanza y un nuevo impulso de fe y de compromiso para el futuro”.

Como no podía ser menos, el Pontífice ha resaltado el discurso que pronunció el jueves 22 de septiembre ante el Bundestag, en el histórico edificio del Reichstag de Berlín. “En tal ocasión –dijo–, he querido exponer el fundamento del derecho y del libre Estado de derecho, es decir, la medida de todo derecho inscrito por el Creador en el mismo ser de su creación. Por eso, es necesario ampliar nuestro concepto de naturaleza, entendiéndola no solo como un conjunto de funciones, sino más allá de esto, como lenguaje del Creador para ayudarnos a discernir el bien del mal”.

Relieve al ecumenismo

Refiriéndose a la jornada de Erfurt (23 de septiembre), el Papa afirmó que “he querido ardientemente dar un relieve particular al ecumenismo en el marco de este viaje, y ha sido mi fuerte deseo vivir un momento ecuménico en Erfurt, porque precisamente en esa ciudad Martín Lutero entró en la orden de los Agustinos y fue ordenado sacerdote”.

Sin aludir a la “frustración” manifestada por algunos exponentes de la Iglesia Evangélica Alemana tras su encuentro con el Obispo de Roma, Benedicto XVI afirmó: “Es necesario nuestro común esfuerzo en el camino hacia la plena unidad, pero somos siempre muy conscientes de que no podemos ‘hacer’ ni la fe ni la unidad tan deseada. Una fe creada por nosotros mismos no tiene ningún valor, y la verdadera unidad es más bien un don del Señor, el cual ha rezado y reza siempre por la unidad de sus discípulos”.

Ratzinger evocó también su breve etapa en el santuario mariano de Etzelsbach (23 de septiembre). “Siendo joven –confesó–, había oído hablar de la región de Eichsfeld –una franja de tierra que siempre fue católica en las varias vicisitudes de la historia– y de sus habitantes, que se opusieron con tanta valentía a las dictaduras del nazismo y del comunismo”.

Por fin, agradeció la “acogida particularmente festiva” con la que fue recibido en Friburgo (24 de septiembre). “He podido experimentarla también –aseguró– en la Vigilia de oración con millares de jóvenes. He sido feliz al ver que la Iglesia de mi patria alemana tiene un rostro joven, que está viva y que tiene un futuro”. En la Plaza de San Pedro, eran muy numerosos los alemanes que, al escucharlas, aplaudieron con intensidad las palabras de su compatriota. “Para nosotros –dijo una señora de Düsseldorf–, fue una grata sorpresa ver que el Papa abordaba en el Parlamento temas de tanta actualidad como la ecología”.

Encuentro de Benedicto XVI con el metropolita Hilarión, del Patriarcado de Moscú

Dos nuevos viajes

En el curso de la misma audiencia, Benedicto XVI confirmó el viaje que realizará el próximo mes de noviembre (los días 18, 19 y 20) a la República de Benín, con ocasión del 150º aniversario de la evangelización de dicho país africano. Durante su estancia en Cotonú, el Santo Padre entregará a los representantes de las conferencias episcopales del continente africano la exhortación apostólica fruto de la Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos, que tuvo lugar en el Vaticano en octubre de 2009, sobre el tema La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz.

Benín era la patria del ya fallecido cardenal Bernardin Gantin (1922-2008), una de las personalidades africanas más influyentes en la Iglesia del siglo XX y que, precisamente, da hoy nombre al aeropuerto internacional donde será recibido el Papa, y fue ya visitada por Juan Pablo II (1982 y 1993). En esta ocasión, el Pontífice ha recibido la invitación del actual presidente Boni Yayi.

Y, ya que estamos en el tema viajes, anunciemos que el domingo 9 de octubre Benedicto XVI visitará la ciudad de Lamezia Terme (provincia de Calabria) y la cartuja de Serra San Bruno, ya visitada por su predecesor en octubre de 1984.

Audiencia con el metropolita Hilarión

En otro orden de cosas, el jueves 29 de septiembre, Benedicto XVI recibió en audiencia privada a Su Eminencia Hilarión, metropolita de Volokolamsk y presidente del Departamento para las Relaciones Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú, con su séquito. Aunque no se ha dado referencia oficial alguna sobre el contenido de la conversación, sí que se ha subrayado el buen estado de las relaciones católico-ortodoxas, en general, y entre Roma y Moscú, en particular.

A ellas se refería el cardenal Kurt Koch en unas declaraciones a L’Osservatore Romano del 28 de septiembre. “Sabemos –afirmaba el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos– que la cuestión del primado del papa es la más importante en el diálogo entre las Iglesias ortodoxas y la Iglesia católica romana. Pero Benedicto XVI se ha referido explícitamente a la encíclica Ut unum sint, de Juan Pablo II, en la que se clarifica la diferencia entre la esencia de este primado y la forma de ejercerlo. Esta diferencia abre muchas vías para una discusión más profunda en el futuro”.

¿Con Kirill en Asís?

Por otra parte, cabe apuntar que la entrevista ha tenido lugar un mes antes de la convocatoria panreligiosa de Asís, por el 25º aniversario de la primera Jornada de Oración por la Paz, y a la que Benedicto XVI ha invitado a participar a todas las grandes religiones de la tierra y, por descontado, a las Iglesias cristianas.

Hay quien se ha aventurado a afirmar que el metropolita Hilarión habría confirmado la presencia en dicha cumbre del patriarca Kirill, pero otras fuentes lo consideran poco probable, ya que ambas partes coinciden en que sería preferible un encuentro bilateral que no tendría por qué celebrarse ni en Roma ni en Moscú, sino en terreno “neutral”, y que podría tener lugar el próximo año.

  • Opinión: Eco, por Antonio Pelayo

En el nº 2.771 de Vida Nueva.

ESPECIAL VISITA DEL PAPA A ALEMANIA

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