Tribuna

Maristas: cambio de cultura institucional

Compartir

La existencia de víctimas es un recuerdo permanente de que les fallamos como institución.
Y si así fue en el pasado, no podemos fallarles de nuevo, bajo ningún concepto”.

Es un fragmento de la declaración expresada en el Capítulo General de los Hermanos Maristas (Colombia, 2017), en la que también se adquiría un compromiso: ser proactivos para asegurar que el Instituto Marista se ajuste a los más altos estándares de protección infantil, de manera que todas nuestras escuelas y obras sociales sean lugares donde los niños se sientan seguros y a gusto.



Un compromiso, por otra parte, que se viene asumiendo ya desde muchos años atrás. En 2011, nuestro Instituto hizo un llamamiento para que todas las provincias se dotaran de herramientas para garantizar la protección de niños y jóvenes. Y la Provincia Marista L’Hermitage (a la que pertenece Cataluña) aprobó en 2013 una política y un protocolo que quedan reflejados en la Guía para la protección de los niños.

Las víctimas, la prioridad

Ante un caso de abusos, las víctimas son la prioridad y la urgencia es escucharlas y reconocerlas. Enfocar la escucha y el reconocimiento de las víctimas con una perspectiva de reparación supone reconocer los hechos y a la persona como víctima y asumir las responsabilidades que se derivan de ello.

Cuando se trata de casos prescritos en el contexto español, ni el sistema judicial ni las estructuras sociales o de la misma Iglesia tienen suficientes mecanismos para atender a las víctimas de casos prescritos y dar respuestas globales. Y, según nuestro punto de vista, la prescripción legal no equivale al olvido ni a la pérdida de la responsabilidad moral.

Qué hemos aprendido y qué hacemos para que no vuelva a pasar

Hace tiempo que estamos inmersos en un cambio de cultura institucional. En los colegios y obras sociales maristas trabajamos específicamente los derechos de los niños desde hace años y desde 2009 celebramos como red el aniversario de la Convención, cada 20 de noviembre.

En los colegios y en las obras sociales se trabajan programas pedagógicos adaptados a todas las edades para ofrecer a los niños y a los jóvenes los conocimientos y la sensibilización adecuada para que sean capaces de explicar y denunciar cualquier situación de abuso. La campaña Rompe el silencio contribuye a despertar esta conciencia y a empoderarlos. Los datos de los últimos años nos dicen que el trabajo de prevención da sus frutos. Cada vez más los niños, niñas y adolescentes comunican situaciones de abuso, la mayoría en el ámbito familiar.

Gabella: niños maristas Barcelona

A los hermanos y a los educadores laicos de las obras maristas se les ofrece formación especializada en protección a la infancia. Conocen nuestra política institucional, que difundimos en nuestra web y en diferentes publicaciones. También en la web hay un canal de escucha para explicaciones, sugerencias o preguntas. Desde 2015 disponemos de un Plan de prevención de delitos penales (Corporate Compliance). Y cada vez más trabajamos en red con otras entidades que persiguen nuestros mismos objetivos, como UNICEF, Pórticus Iberia, Educo, CaixaProInfancia o Keeping Children Safe.

En relación con Keeping Children Safe hemos empezado el año con una buena noticia: todos los colegios y las obras sociales maristas hemos obtenido la certificación de esta prestigiosa organización que nos acredita como red que ofrece espacios seguros a los niños y jóvenes y que respeta sus derechos. La protección de niños y jóvenes es su misión y es nuestra misión, siguiendo el ideal de nuestro fundador, Marcelino Champagnat.

Lea más: