Timothy Radcliffe: “El proceso sinodal se parece más a plantar un árbol que a ganar una batalla”

“Tenemos que rezar profundamente para resistir la tentación de sucumbir a una forma de pensar político-partidista”, ha dicho hoy el asesor espiritual del Sínodo de la Sinodalidad

Timothy Radcliffe

La I Asamblea General del Sínodo de la Sinodalidad está a punto de concluir. Pero ¿qué ocurrirá en los próximos 11 meses hasta que tenga lugar la II Asamblea? Pues será “un tiempo de espera activa, como un embarazo. Pero será probablemente el tiempo más fértil del Sínodo, el tiempo de la germinación”, ha afirmado el dominico Timothy Radcliffe, asesor espiritual del Sínodo de la Sinodalidad, en su reflexión previa a la XVI Congregación General.



“Hemos escuchado cientos de miles de palabras durante las últimas tres semanas. A veces hemos pensado: ‘¡Demasiadas!’. La mayoría han sido palabras positivas, palabras de esperanza. Son las semillas que se siembran en la tierra de la Iglesia. Trabajarán en nuestras vidas, en nuestra imaginación y en nuestro subconsciente durante estos meses. Cuando llegue el momento, darán su fruto”, ha comenzado explicando Radcliffe.

El religioso ha invitado a los padres y madres sinodales a no imitar la cultura polarizada de nuestro tiempo. “Cuando volvamos a casa, la gente nos preguntará: ‘¿Luchasteis por nuestro bando? ¿Os opusisteis a esa gente poco ilustrada?’. Tendremos que rezar profundamente para resistir la tentación de sucumbir a esta forma de pensar político-partidista. Eso sería volver a caer en el lenguaje estéril de gran parte de nuestra sociedad. No es el camino sinodal. El proceso sinodal se parece más a plantar un árbol que a ganar una batalla, y como tal será difícil de entender para muchos, ¡a veces incluso para nosotros mismos!”, ha señalado.

La renovación de la Iglesia

Para Radcliffe, “si mantenemos nuestras mentes y corazones abiertos a las personas que hemos conocido aquí, vulnerables a sus esperanzas y temores, sus palabras germinarán en nuestras vidas, y las nuestras en las suyas. Habrá una cosecha abundante, una verdad más plena. Entonces la Iglesia se renovará”.

El dominico ha concluido su disertación lanzando tres preguntas al aire: “En estos once meses, ¿hablaremos palabras fértiles y llenas de esperanza o palabras destructivas y cínicas? ¿Nuestras palabras nutrirán la cosecha o serán venenosas? ¿Seremos jardineros del futuro o estaremos atrapados en viejos conflictos estériles? Cada uno de nosotros elige”.

Noticias relacionadas
Compartir