Libros

Dos obras sobre santa Teresa de Jesús


El camino espiritual de Teresa de Jesús y Teresa de Jesús (ambas de San Pablo) son las dos propuestas que recensiona José María Avendaño.

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(José María Avedaño Perea) “Solo Dios basta” es uno de los regalos que nos hizo Teresa de Jesús para nuestra vida cristiana en el espesor de la realidad, en medio de los gozos y esperanzas, tristezas y angustias, de nuestros hermanos los hombres. La Santa de Ávila nos aporta esperanza cuando el carro, en ocasiones desvencijado, de la vida se pone cuesta arriba. Los dos libros que aquí presento contribuyen a esa esperanza cristiana.

  • El camino espiritual de Teresa de Jesús (San Pablo) es un libro lleno del olor de las buenas obras, práctico, que revitaliza nuestro ser cristianos. Un breve recorrido por la vida de la Santa nos aproxima a su experiencia espiritual, para concluir con una atinada selección de textos para los tiempos recios que corren.

La profesora Carmen Herrando, miembro del Instituto Enmanuel Mounier y de la Asociación pour l’etude de la penseé de Simone Weil, considera que Teresa de Jesús “tiene un presente siempre fecundo y lleno de significado”. Porque “también hoy -escribe- vivimos en un mundo dramáticamente abrumado por los ruidos y luces artificiales, y Teresa viene a poner luz en las cosas oscuras”. 

Decía el padre Rahner que el cristiano de los años venideros o es un místico o no será nada, y el sacerdote Fernando Urbina, gran discípulo y estudioso de santa Teresa y de san Juan de la Cruz, reconocía a los místicos entre “aquellos que naturalmente son la gente sin apariencia y sin nombre, los que están sumidos en la cotidianidad y en ‘el corazón de las masas’. El místico es alguien muy libre y no desea nada fuera del amor”.

Teresa de Jesús experimenta y vive esta aventura interior poniendo a Dios en el centro de su vida, “Dios de mi corazón”, y, desde ahí, invita a toda persona a entrar en su propio centro y, en comunicación dialógica, a descubrir a quien es la raíz y el eje de su ser.

Buscamos realidades con hondura, que pongan horizontes de esperanza en nuestra vida y, en este sentido, el amor a la Verdad de la Santa -afirma la autora- resulta alentador en un mundo donde se difunden el relativismo y la superficialidad.

Por eso, no podemos vivir sin oración, parte nuclear de nuestro conocimiento, amor y seguimiento de Jesucristo crucificado y resucitado, y de nuestra colaboración con Él. La oración define el trato íntimo entre el hombre y Dios, de tal manera que esa relación hace posible el desasimiento de todo (“el que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo y me siga”). Ahora, el protagonista será Dios, que es Amor, y no el ego (yo).

Un libro, en fin, que confirma que “quien a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta”.

  • El sacerdote abulense Jesús Barrena nos regala, en el umbral del siglo XXI, su Teresa de Jesús (San Pablo), trabajo macerado en el corazón de la vida en Dios. Porque, como dice Francisco Javier Sancho en el Prólogo, “Teresa sigue formando, sigue educando, sigue traspasando las barreras del tiempo para enseñarnos a vivir en plenitud nuestra historia con sus retos y deficiencias, con sus búsquedas y desengaños, con sus altibajos. Teresa sigue estando ahí”.

Dios está presente en el corazón de todo hombre y nos invita a acoger dicha presencia. Es Padre, puerta abierta, y nos llama cada día a la confianza incondicional en Él, como condujo a santa Teresa a vivir con audacia, realismo, lucidez y profetismo su amor a Jesucristo. Su experiencia de ese Dios no la separó del mundo, sino que, como creyente en el Dios encarnado, se adentró en la espesura de la encrucijada renacentista, ofreciéndonos un modelo de identidad espiritual en la urdimbre de valores humanos fundamentales, que iluminan a los hombres y mujeres del siglo XXI.

Los tres capítulos de la obra corresponden al perfil humano, creyente e innovador de la Santa, para finalizar en una concreción pastoral hacia los que se alejaron de la Iglesia, nuestra Madre, nuestra Casa. “Dios sigue esperando a la puerta”, y nuestra tarea es saber “negociar”, recuperar el amor, añorar la casa del Padre.

En el Epílogo recurre a José Luis Martín Descalzo y a Cristóbal Halffter con tres llamadas y un ruego: “¡Teresa, Teresa, Teresa, ven y quédate!“.

Un libro, en suma, que afianza el corazón y lo consolida en el existir indiviso para con Dios y el prójimo, pero que, al estar impregnado de la contemplación de la realidad, se echa algo en falta en su lectura la insistencia en la fuerza de la oración para el compromiso de toda promoción humana.

En el nº 2.668 de Vida Nueva.

Actualizado
10/07/2009 | 13:26
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