Francisco: “Un cristiano resentido y rencoroso no es creíble”

  • “La civilización de la incredulidad programada y de la secularidad institucionalizada también necesita el Evangelio”, afirma el Papa en la audiencia general
  • El Pontífice comienza un ciclo de catequesis inspiradas en la exhortación ‘Evangelii gauidum’, que cumple diez años este mes

“Un cristiano infeliz, triste, insatisfecho o, peor todavía, resentido y rencoroso no es creíble”. Así lo ha expresado hoy el papa Francisco durante la audiencia general de los miércoles en la plaza de San Pedro. Para concluir con el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico, el Pontífice, inspirado en ‘Evangelii gaudium’ en el décimo aniversario de su publicación, recorrerá durante cuatro audiencias su contenido deteniéndose en cuatro aspectos. ¿El primero? La alegría.



“Como a los pastores en Belén, también a nosotros se nos anuncia una gran alegría, que no es un concepto, ni siquiera una buena noticia, sino algo más, una persona, Jesús de Nazaret”, ha comenzado diciendo Jorge Mario Bergoglio.

Para Francisco, “especialmente en aquellos contextos en los que la Iglesia ya no goza de ciertos reconocimientos sociales, se corre el riesgo de adoptar actitudes de desánimo o de venganza, y esto no es bueno”.

El Papa considera que “la fuerza de nuestro anuncio está en ser capaces de comunicar la alegría que nace del encuentro con Jesús, incluso en circunstancias difíciles”. Pero, para ello, “somos nosotros los primeros que debemos ser evangelizados”, ha remarcado.

“Como los discípulos de Emaús, en medio de la desolación de la cruz y la pasión, estamos llamados a redescubrir su presencia en nuestras vidas, dejándonos sorprender por la fuerza de su amor”, ha añadido.

Asimismo, ha señalado que “la civilización de la incredulidad programada y de la secularidad institucionalizada también necesita el Evangelio, que no es ninguna ideología, sino anuncio”. Además, ha animado a todos los cristianos al anuncio, porque “este es el momento favorable”.

Acoger a los refugiados ucranianos

En su saludo a los peregrinos de lengua española, ha invitado a pedir “al Señor que renueve cada día nuestro encuentro con Él, que haga arder nuestro corazón con su Palabra, y de la Eucaristía nazca en nosotros el impulso que animó a los discípulos a salir a evangelizar al mundo entero”.

Por su parte, en su saludo a los peregrinos polacos, ha pedido tener el coraje de “continuar siendo generosos con los refugiados de la martirizada Ucrania”. En este sentido, al término de su alocución ha rezado por la paz en Ucrania, Palestina e Israel, Sudán y “en cualquier lugar en guerra”.

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