El papa Francisco pide “abrir la Iglesia a la misión”

El pontífice ha recibido en audiencia a la Comisión Episcopal para la Misiones de la Conferencia Episcopal y a la ONG Misión América por su 30 aniversario

El papa Francisco ha recibido en audiencia a la Comisión Episcopal para la Misiones de la Conferencia Episcopal, así como a los responsables de la ONG Misión América que cumple 30 años. “La Iglesia tiene que salir fuera, tiene que estar en la calle”, les aconsejó el pontífice. “Jesús sigue golpeando la puerta, pero tantas veces desde dentro para que le abramos la puerta y lo dejemos salir. Esto creo que es el desafío de hoy. La misión. Abrir la Iglesia a la misión”, recalcó.



Visibilizar a Cristo

Jesús, abundó el Papa, viene “no para condenar a nadie, sino para sanar, sanar a la humanidad, asumiéndola en su propia persona. De esa misma manera, al organizar campañas de sensibilización para dar a conocer la realidad de América Latina, el horizonte no puede ser otro que hacer ver sobre ella la mano tendida de Cristo, que en sus llagas nos ofrece el mejor refugio”. Una acción hecha desde el “respeto por el otro, por sus tiempos, sus espacios. Jesús siempre está atento a la necesidad, pero sobre todo a la persona en su totalidad”. “La verdadera igualdad, la verdadera justicia, no es imponer un único y utilitario itinerario para todos, sino ser capaces de acompañar a cada uno, en su libertad, en su necesidad, para que todos puedan responder a la llamada de Dios, al proyecto que Dios tiene para cada uno de nosotros, según sus tiempos, su camino, su paciencia. Saber esperar”, propuso.

“sólo en Dios está nuestra fuerza, ustedes buscan impulsar desde la Iglesia española esa vocación al voluntariado”, añadió. “Voluntariado activo, que no es otra cosa que sostener con la oración, el trabajo, la solidaridad a los que, movidos por el mismo Espíritu, caminan por el mundo. Voluntariado de sostenimiento de cualquier manera”.

“Esta imagen de Jesús que envía a su Iglesia a la misión, sea para ustedes acicate, para dar visibilidad a las llagas todavía palpables en su Cuerpo místico; para exigir y exigirnos el respeto de cada hombre y su derecho a poder discernir el camino que Dios le marca; para trabajar y apoyar el trabajo de todos los que han sido, como nosotros, enviados, colaborando con todos los hombres de buena voluntad, a la gloria que el Señor nos tiene preparada, que es que el hombre viva”, concluyó.

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