El Papa, al nuevo prefecto de Doctrina de la Fe: “No a una teología de escritorio con una lógica fría y dura”

  • Francisco encarga a Víctor Manuel Fernández que aúne “el rico humus de la enseñanza perenne de la Iglesia y a la vez acojan el Magisterio reciente”
  • En una carta a su nuevo fichaje en la Curia, el pontífice reconoce que la Santa Inquisición “utilizó métodos inmorales”

El nombramiento del arzobispo argentino de La Plata, Víctor Manuel Fernández, como nuevo prefecto para la Doctrina de la Fe, no ha llegado solo. Esto es, el Papa no ha querido despachar su designación con la mera notificación en el boletín diario de la Santa Sede. Francisco ha hecho pública una carta firmada en el día de hoy en la que le recuerda al nuevo ‘ministro’ vaticano que le encomienda “una tarea que considero muy valiosa”.



Lejos de hacer hincapié en la labor del departamento de defender la integridad de fe, examinar y proscribir errores y falsas doctrinas, la “finalidad central” que le otorga Francisco, pasa por “custodiar la enseñanza que brota de la fe para “dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan”, tal y como él mismo relató en su encíclica programática ‘Evangelii Gaudium’. De la misma manera, le invita a que sea capaz de conjugar los documentos que nazcan de Doctrina de la Fe para que sean “coherentes con el rico humus de la enseñanza perenne de la Iglesia y a la vez acojan el Magisterio reciente”.

Los abusos, al margen

Entre los asuntos más relevantes del departamento que ahora lidera Fernández, se encuentra la coordinación de la lucha antiabusos desde el punto de vista canónico. Sin embargo, tal y como ha expresado el Papa Francisco en la carta que le ha enviado, le dispensaría de esta misión.

Así se lee en la misiva: “Dado que para las cuestiones disciplinarias – relacionadas en especial con los abusos de menores – recientemente se ha creado una Sección específica con profesionales muy competentes, te pido que como Prefecto dediques tu empeño personal de modo más directo a la finalidad principal del Dicasterio que es ‘guardar la fe’“.

De la carta, en definitiva, se desprende que el Papa argentino pretende que el nuevo prefecto concentre su tiempo y su agenda en alentar el pensamiento de la Iglesia, el progreso de la doctrina, la reflexión al servicio de la evangelización, más que la persecución o el control doctrinal.

Promover el saber teológico

El propio Papa entona en la misiva un ‘mea culpa’ respecto a lo que fue la Santa Inquisición, admitiendo que “en otras épocas llegó a utilizar métodos inmorales”. “Fueron tiempos donde más que promover el saber teológico se perseguían posibles errores doctrinales”, reconoce el pontífice argentino que expresa a continuación el encargo que le realiza al que hasta ahora ha sido su teólogo de cabecera: “Lo que espero de vos es sin duda algo muy diferente”.

Es más, dentro de la apuesta de Francisco de la unidad en la diversidad, de una mirada poliédrica de la Iglesia, le solicita a su nuevo prefecto que profundice y presente la verdad del Evangelio “sin que esto implique imponer un único modo de expresarla” desde un “crecimiento armonioso” que “preservará la doctrina cristiana más eficazmente que cualquier mecanismo de control”.

Dios misericordia

O lo que es lo mismo, el Papa le pide a ‘Tucho’ Fernández que fomente la investigación y las inquietudes de los teólogos para que “no se contenten con una teología de escritorio” con “una lógica fría y dura que busca dominarlo todo”, sino que trabajen desde el contacto con la realidad.

“Siempre será cierto que la realidad es superior a la idea”, sentencia el Papa en la misiva, en la que va más allá: “En ese sentido, necesitamos que la Teología esté atenta a un criterio fundamental: considerar ‘inadecuada cualquier concepción teológica que en último término ponga en duda la omnipotencia de Dios y, en especial, su misericordia’”.

Salvar y liberar

Frente a miradas encorsetadas sobre el hecho religioso, el Papa comparte que “nos hace falta un pensamiento que sepa presentar de modo convincente un Dios que ama, que perdona, que salva, que libera, que promueve a las personas y las convoca al servicio fraterno”.

Para completar esta premisa, Francisco expone que “hay un orden armonioso entre las verdades de nuestro mensaje, donde el mayor peligro se produce cuando las cuestiones secundarias terminan ensombreciendo las centrales”.

Comprender el significado de la existencia

De hecho, le recuerda su misión de “guardar la fe” para que “su luz sea criterio para comprender el significado de la existencia, sobre todo frente a las preguntas que plantean el progreso de las ciencias y el desarrollo de la sociedad”. O lo que es lo mismo, le solicita una renovación teológica para que esté al servicio de la “evangelización” y permita entrar en conversación con “el contexto actual en lo que tiene de inédito para la historia de la humanidad”. De esta manera, Bergoglio retoma el empeño de Pablo VI de que la Iglesia, en todas sus áreas, entre en diálogo directo con el mundo actual.

En la carta, Francisco repasa su trayectoria como teólogo y enfatiza que los cargos que ha sumido en argentina son fruto de haber sido “votado por tus pares, quienes de ese modo han valorado tu carisma teológico”. Incluso se detiene en su labor como rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina, apreciando que alentó “una sana integración del saber”. En paralelo, también aborda su perfil como pastor, tanto como párroco de Santa Teresita como arzobispo de La Plata. “donde supiste poner en diálogo el saber teológico con la vida del santo Pueblo de Dios”.

A la vista está que, con este subrayado en la misiva, el Papa argentino lanza un mensaje a unos y a otros de que el hombre en el que deposita uno de los cargos más relevantes de la Curia aúna tanto un valía intelectual como una experiencia pastoral.

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