La comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina presentó una mensaje, titulado “Un nosotros que nos incluya y hermane a todos”, con la firma de todos sus integrantes: Oscar Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la CEA; el vicepresidente 1°, Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza; el vicepresidente 2°, Carlos Azpiroz Costa, arzobispo de Bahía Blanca, y el secretario general, Alberto Bochatey, osa, auxiliar de La Plata.
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Aludieron al mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz del próximo 1° de enero, en el que propone «concebirnos a la luz del bien común, con un sentido comunitario, es decir, como un “nosotros” abierto a la fraternidad universal (…) es hora de que todos nos comprometamos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común». (N° 5).
Asimismo, evocaron el triunfo de la selección nacional de fútbol, para manifestar que es posible celebrar juntos, en el festejo “supimos postergar diferencias y superar divisiones en la experiencia emocionante de una alegría común”.
La crisis que vivimos
Sin embargo, los obispos aseguran que es imprescindible superar la desmesura que nos lleva a la agresión y descalificación de los que piensan distinto. “La crisis que vivimos exige para este nuevo año 2023, no pensar solo en preservar los intereses personales, partidarios y electorales, sino buscar decididamente, en el máximo respeto a la Constitución Nacional, aquellos consensos básicos que aseguren el compromiso para superar los urgentes problemas del país”.
La Ejecutiva señaló que anhelan, para el próximo año, que se puedan renovar las actitudes y las disposiciones para la convivencia democrática, dejando de lado las divisiones o lo que ponga en riesgo la institucionalidad, y postergue la discusión de los temas urgentes: pobreza, la deuda social, la educación y crecimiento del país.
Finalmente, desearon que el Niño Jesús, nacido en un humilde pesebre, ayude a vivir el Espíritu de la Navidad y “traiga la paz para este año nuevo que vamos a celebrar, porque Él mismo es nuestra Paz (Efesios 2, 14)”.
