El cardenal Zuppi aterriza en Moscú (con la sombra de Wagner)

El enviado papal para acabar con la guerra de Ucrania estará dos días en Rusia, en el momento más crítico para Putin por la reciente rebelión militar

No hay tregua en el plan del Vaticano para intentar acabar con la guerra de Ucrania. El cardenal Matteo Zuppi, elegido por el Papa para encabezar la misión de paz promovida por la Iglesia, ha partido hoy rumbo a Moscú donde permanecerá también mañana.



Así lo ha confirmado la Santa Sede, que no ha dado más detalles de quién será el interlocutor o lo interlocutores directos con el arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. O lo que es lo mismo, a estas horas no se puede confirmar que se produzca un encuentro con el presidente Vladímir Putin, al igual que sí mantuvo una reunión con Volodomir Zelenski durante su viaje a Ucrania.

Acompañado de un oficial

Y es que, Zuppi llega a Rusia en el momento más crítico para Putin en este año y medio de guerra, después de la rebelión militar propiciada por el grupo Wagner liderado por el multimillonario Yevgeny Prigozhin. El purpurado italiano estará acompañado en su viaje por un oficial de la Secretaría de Estado de la Sata Sede.

“El objetivo principal es alentar gestos de humanidad que puedan contribuir a favorecer una solución a la trágica situación actual y encontrar vías para alcanzar una paz justa”, ha explicado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, sobre esta nueva escala de Zuppi.

En marcha

Fue el pasado 30 de abril, en el habitual encuentro con los periodistas en el avión al finalizar su viaje a Hungría, cuando Francisco desveló que la Santa Sede tenía entre manos “una misión en curso” para poner fin al conflicto entre Rusa y Ucrania.

Tras unos primeros momentos de confusión e incertidumbre en los que Kiev y Moscú afirmaron desconocer los planes papales, el engranaje diplomático vaticano fue despejando la nebulosa. El 20 de mayo el Papa anunciaba que Zuppi era el encargado de liderar esta compleja tarea y el 5 de junio el cardenal ponía un pie en Ucrania. Apenas tres semanas después, el presidente de los obispos italianos viaja a Rusia.

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