Carlos Osoro: “Bienaventurados los que hacen frente a las desigualdades”

  • El cardenal arzobispo de Madrid formula las bienaventuranzas de la ecología integral al estilo ‘Laudato si’’ durante la eucaristía con motivo de la Cumbre del Clima
  • El presidente del CELAM, Miguel Cabrejos, y el nuncio en España, Bernardito Auza, participan en la misa celebrada en la basílica de San Francisco El Grande
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“No estropeemos el mundo”. Con este llamamiento, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, se dirigió ayer por la tarde a los fieles que participaron en la eucaristía celebrada con motivo de la Cumbre del Clima en la basílica de San Francisco El Grande. Osoro presidió una misa que concelebraron el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Miguel Cabrejos, el nuncio en España, Bernardito Auza, y el obispo auxiliar de Madrid, José Cobo.



Durante la homilía, el purpurado presento las bienaventuranzas Laudato si’. En el marco de la fiesta de la Inmaculada Concepción, en el tercer domingo de adviento, Osoro subrayó cómo “estamos llamados a dar una respuesta de esperanza a los hombres, como lo hizo María con su ‘sí’, poniéndonos al servicio de la Casa Común”.

Entre todos y para todos

“Bienventurados si somos capaces de hacer frente a las desigualdades”, entonó Osoro, dentro de una alocución en la que instó a promover “una revisión de nuestros modelos culturales y económicos para crecer en justicia y comunión con todos, entre todos y para todos”.

“Descubramos el valor de toda persona para incluir al que se encuentra al margen y que todos podamos descubrir la belleza de este mundo”, añadió, para realizar un firme condena “tanto del consumismo como de la búsqueda del éxito”.

El cuidado de la persona

“Ojalá sepamos ver la crisis ecológica como un signo de una crisis mundial”, sugirió el cardenal, que lejos de llevarse por una mirada pesimista al respecto, animó a promover “con valentía” un nuevo modelo que se centre en el cuidado de la persona y de la creación”.

“Cuando vemos cómo estamos estropeando la Casa Común, tenemos que atrevernos a vivir en la alegría, pero no una alegría engañosa, sino la que nace del Evangelio y que nos invita a hacer realidad las bienaventuranzas”, insistió. Fue su propuesta frente a las diferentes realidades dolientes de la tierra que enumeró: la contaminación, desertificación, las migraciones, la explotación de los recursos…

“¿Dónde están nuestros hermanos? ¿Qué es lo que estamos haciendo con ellos? Queremos que estas preguntas resuenen en nuestro corazón. Queremos dar la respuesta que Maria dio: dar esperanza a los hombres”, animo a los fieles, en una eucaristía estuvo animada por Migueli y Ain Karem.

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