Desde hace cuatro meses la producción alimentaria de Bolivia está en jaque.
Los bolivianos están viviendo una de las sequías más grandes de la historia del país. Hace cuatro meses que no llueve y la falta de alimentos se empieza a notar cada vez más. Es que Santa Cruz de la Sierra, uno de los departamentos con la mayor producción de alimentos del país, es la ciudad que más está sufriendo este embate de la naturaleza.
La situación es alarmante, especialmente en el sector agropecuario. Por eso, distintos organismos –como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), el Observatorio Agroambiental, y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras–, expresaron su preocupación acerca de la situación que atravesando Bolivia.
César Cocarico, ministro de Desarrollo Rural, declaró que los empresarios magnifican las pérdidas económicas y que según el cálculo que tenía el Gobierno hasta agosto, estas eran de 247 millones de dólares. “Siempre nos habían manifestado que las pérdidas serían mayores a 400 millones de dólares, pero cuando nosotros hemos bajado a recoger datos, hemos evidenciado que las pérdidas eran menores”, afirmó el funcionario.
Por su parte, Julio Roda, presidente de la CAO, informó que el sector agropecuario sufrió una pérdida “del 60 por ciento en la producción agrícola y más de 37 mil cabezas de ganado” como efecto de la grave sequia.
Pero la pérdida en la industria alimenticia no se mide solamente en millones de dólares, sino también en cantidad de persona que no tienen qué comer. Según Oscar Cabrera, viceministro de Defensa Civil, “alrededor de 174 mil familias de 172 municipios bolivianos fueron afectadas por esta sequía” y “el país brindó ayuda humanitaria a 94 mil de ellas, a quienes se les entregó alimentos, agua y herramientas”.
“Seguridad alimentaria en Bolivia es lo que hemos garantizado con el presidente Evo Morales. A pesar de las contingencias de este año tenemos alimentos para la población y podemos garantizarles hasta fin de año que no va a ver carencia de alimentos” declaró Cocarico. Además destacó que en los últimos años Bolivia logro soberanía alimentaria en la producción de arroz, azúcar y maíz, ya que estos productos se dejaron de importar, lo cual hoy aporta un alivio para la población.
Igualmente, para el viceministro de Defensa Civil, “las últimas lluvias están aminorando la problemática de la sequía y significa que estamos ingresando al período de normalidad de forma gradual, en especial, en el oriente, la parte amazónica, en el Chaco de Bolivia. Esto reduce el nivel de emergencia”.
A lo largo de estos meses, distintas comunidades se organizaron para orar a la Virgen de Chaguaya. Si bien es una advocación que se venera en la población de Chaguaya, a 68 kilómetros al suroeste de la ciudad de Tarija, todo Bolivia la tuvo presente ante la sequía.
ROBERTO MONARCA. LA PAZ
2030, seguridad alimentaria
Con la sequía, la pobreza y el hambre en Bolivia se incrementó. Frente a esta crisis, la ONU intentó buscar una solución para el país y sus habitantes. Crispín Moreira, representante de la ONU para la alimentación en Bolivia, no pudo dar soluciones que pudiera palear la crisis inmediata, pero aseguró que en 2025 el país podría erradicar la pobreza y el hambre a partir del Plan Económico de Desarrollo Social; y para el 2030 la meta es cero inseguridad alimentaria y cero desnutrición.
“Yo estoy seguro y tengo una fuerte expectativa favorable de que nuevamente Bolivia va arrancar y va ser una referencia de los países, sobre todo porque tiene equilibrio económico, tiene estabilidad económica entonces yo creo que Bolivia al 2030 quizás antes al 2025 logrará las metas del Plan de Desarrollo” explicó.
