José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Samaritanismo


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VIERNES. La barra libre de antígenos funcionó. El obispo llegó a Añastro. Traía algo de carraspera de casa. Pero decidió presentarse a la Plenaria. Palito por la nariz. Al cuarto de hora, positivo. De vuelta a casa para seguir la Plenaria a través de la pantalla. Se les ha hecho algo tedioso. Como a todo el que se ha sumido en el teletrabajo. Pero sin más incidencias reseñables. Puesta a punto digital de las mitras.



SÁBADO. Sonsoles me había recomendado que le echara un ojo a Radio Gaga. Programa de televisión que cada semana se planta en una realidad para dar voz a sus protagonistas. Y allí que se fueron a Manresa. Al convento de sor Lucía Caram. Otra vez ella, dirán algunos. Ofrézcanse otros. Ella estaría encantada de ceder el foco y lo que implica. Manuel Burque y Quique Peinado se meten hasta la cocina de las dominicas. En las celdas. En la capilla. En el claustro. En la fundación. Jornada de puertas abiertas que no haría dudar ni a propios ni ajenos de cualquier inmatriculación. Toca abrirse a la tele, a las redes, a la realidad. Que no siempre muerde.

DOMINGO. Juanjo se saca una baraja de cartas en misa. No hay mus. Los cuatro reyes. Para que los chavales no confundan a sus majestades con el Reino de Cristo. A los mayores, un órdago a la grande: “En esta vida, a veces reina el que más manda a golpe de oros, copas, espadas y bastos. Jesús no va por ahí”. Corona de espinas.

MARTES. Mesa redonda online organizada por Redes y Enlázate por la Justicia. Sobre el Pacto Educativo Global. María Luisa Berzosa le otorga autoridad: “El Pacto no es una idea genial de Francisco, es una idea genial de Dios”. Y lanza un dardo para quienes ven en Laudato si’ un divertimento bergogliano: “Todavía creemos que el Papa solo tiene que meterse en la fe y en la moral, cuando la fe y la moral atraviesan la vida, la naturaleza y al hermano”.

Pepe Laguna apunta a quienes quieren subirse al carro demasiado rápido: “No basta con un ‘yo me apunto’. Esto va en serio”.  Y ofrece una lección básica de cómo aplicarlo en el aula: educar la mirada del alumno para que descubra los márgenes y las cunetas del mundo, educar en sensibilidad para promover jóvenes que se compadecen, educar para que sus manos creen posadas. Lo instituye en un ‘-ismo’ que no suena nada mal: “Samaritanismo”. Ojalá se constituya en corriente intelectual de vanguardia. Y en movimiento de masas adictivo.

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