¿Qué significa un beso?


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Como sigamos así, el beso –o pico– de Luis Rubiales a la futbolista Jennifer Hermoso va a terminar arrebatando el puesto del que hasta ahora figuraba como primero entre los besos más conocidos: el de Judas a Jesús en el huerto de Getsemaní.



El beso es una manifestación de afecto entre los seres humanos. Puede tener un carácter simplemente afectivo o tener una carga más erótica, como gesto de amor. En la Biblia aparecen muchos besos; se podría hacer una recopilación como la que aparece al final de la película ‘Cinema Paradiso’. Así, aparecerían besándose padres e hijos (como Jacob e Isaac), hermanos y parientes más o menos cercanos (como Labán y Jacob), como signo de reconciliación (entre David y su hijo Absalón, por ejemplo) o incluso como parte de un rito de unción (así entre Samuel y Saúl).

El Cantar de los Cantares

El beso en los labios, como manifestación erótica, lo encontramos –cómo no– en el Cantar de los Cantares. De hecho, así comienza el libro: “¡Béseme con los besos de su boca! ¡Tus amores son más dulces que el vino!” (Cant 1,2). Pero el beso en los labios también se encuentra fuera del ámbito erótico. Así lo vemos, por ejemplo, en el libro de los Proverbios. Entre algunas sentencias de los sabios, como no ser parcial en el juicio, se encuentra esta otra: “Respuesta con tino es beso en los labios” (Prov 24,26). Como se ve, aquí el beso sirve como término de comparación para una respuesta atinada, sabia.

Pero lo cierto es que el beso en los labios no siempre ha tenido el carácter erótico que hoy tiene casi en exclusiva en nuestras sociedades occidentales (cada día hay más padres que besan en los labios a sus hijos pequeños). Baste con recordar aquel famoso beso entre Léonid Brézhnev –secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética– y Erich Honecker –entonces presidente de la República Democrática Alemana–, plasmado luego como grafiti en el muro de Berlín (si se teclea en Google ‘breschnew honecker foto’, se puede ver el beso en todo su esplendor). Evidentemente, tampoco fue un beso erótico el de Judas y Jesús, aunque el pintor Giotto pinte un beso en los labios entre los dos en uno de los frescos que decoran la capilla de los Scrovegni, en Padua, acabados en torno a 1305.

El beso puede significar muchas cosas, pero siempre tiene un sentido afectivo, positivo. El problema es cuando lo manipulamos y hacemos de él algo sarcástico, como el beso de Judas.