José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Los inquisidores ahora están fuera de San Pedro


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MIÉRCOLES

El Papa se reencuentra con el secretario personal de Benedicto XVI. Retorno a Roma para homenajear a Joseph Ratzinger en el aniversario de su fallecimiento. Misa en San Pedro y alguna que otra intervención mediática. Ni pregunta el entrevistador ni el entrevistado hace la más mínima alusión a Francisco un año después de la autobiografía. Silencio sintomático. Regreso a Alemania. Sin más.



JUEVES

Me llama Carmen por teléfono. Quiere enterarse de qué implican las bendiciones a parejas en situación irregular y la que se ha montado alrededor. No es muy ducha en el organigrama pontificio. Lo noto en cuanto me pregunta qué es eso del ‘Dicasterio para la Doctrina de la Fe’. Sin abrir los archivos secretos vaticanos, le cuento que es la antigua Inquisición. Y al compartirlo, los dos caemos en la cuenta de que la institución eclesial que hasta anteayer mandaba al personal a la hoguera, ahora es la que clarifica, no para prohibir ni ejercer de dedo acusador, sino para abrir puertas.

O lo que es lo mismo, los inquisidores ahora están fuera de San Pedro y dictaminan a su gusto qué es y qué no es una herejía, con la correspondiente condena. Alguien me dijo una vez, buscando herirme, que el éxito de la autoridad de los mandatarios eclesiales radicaba en su capacidad para controlar las conciencias amedrentando al personal con la posibilidad de acabar en el fuego eterno. Esa persona me profetizó que la secularización había borrado del imaginario colectivo el miedo al infierno de la misma manera que Benedicto XVI sentenció que “el purgatorio no es un lugar en el espacio”.

DOMINGO

El azote de un Dios castigador, que maldice a diestra y siniestra, no acabo yo de encontrarlo ni en Belén, ni en Nazaret, ni en Jerusalén. Será que busco mal en el mapa de mi Biblia Didáctica.

LUNES

‘Mediaset’ ha recuperado lo que vendría a ser ‘Salsa Rosa’ reeditado. En unas pocas semanas, ya han pasado por allí el hijo de Bárbara Rey y Francisco Rivera. Se recuperan los clásicos personajes del ‘cuore’ y sus ataques adosados. Uno recupera unas fotos añejas de su madre y el otro, los trajes de luces paternos. Esto es, desempolvar lo que quedaba en el desván para disparar la audiencia. Aplíquese al rescate de libros descatalogados para intentar humillar, a costa de lo que sea, a quien está en la palestra vaticana. ‘Sálvame’ pereció en Telecinco. Pero se sintoniza en las sacristías.

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