Laudato si’: fe y protección de la Creación


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San Francisco de Asís, el patrón de la ecología, alababa la Creación en su cántico “Laudato si’, mi’ Signore”, reconociendo la relación entre fe y responsabilidad ambiental. El papa Francisco, hace ocho años, emitió la encíclica ‘Laudato si”, que llama a la acción y destaca la interconexión entre la fe y el cuidado del planeta.



A continuación exploraremos la perspectiva de la Iglesia Católica en este compromiso con la Tierra según lo planteado en esta Encíclica.

La Urgencia de la Crisis Ambiental y la Fe

Desde una perspectiva católica, Laudato Si’ nos recuerda que el cuidado de la Creación es una responsabilidad moral y espiritual que abarca la justicia social y la caridad. El Papa Francisco destaca la dimensión espiritual de la crisis ambiental, llamando a los creyentes a la acción.

Esta encíclica resalta la interconexión de todas las criaturas y la responsabilidad humana de cuidar la Tierra y su biodiversidad, en línea con la espiritualidad de San Francisco. En esencia, tanto el Cántico de las Criaturas como Laudato Si’ promueven la apreciación, el respeto y el cuidado de toda la Creación como expresiones de fe y responsabilidad moral, enfatizando la importancia de vivir en armonía con la naturaleza y la responsabilidad compartida en la casa común de la Tierra.

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La Participación Activa de la Iglesia católica

La decidida implicación de la Iglesia católica en la promoción y el cuidado de nuestra casa común se refleja a través de varios pilares fundamentales, que se describen a continuación.

Promoción de la Ecología Integral

La noción de ecología integral, promovida en ‘Laudato si”, es un concepto fundamental que reconoce la interconexión de todas las criaturas y la necesidad de una respuesta integral a los desafíos ambientales. Esta perspectiva va más allá de ver la ecología simplemente como el estudio de los ecosistemas, animales y plantas, y abraza la idea de que todo en la Creación está intrínsecamente relacionado.

  • Interconexión de todas las criaturas: La ecología integral reconoce que la salud de la Tierra y todas sus formas de vida, incluyendo a los seres humanos, está profundamente interrelacionada. Los problemas ambientales no pueden abordarse de manera efectiva si no se comprende esta interconexión y se actúa en consecuencia.
  • Respuesta integral: Para abordar los desafíos ambientales, se necesita una respuesta integral que no solo se centre en medidas técnicas o económicas, sino también en la ética, la cultura y la espiritualidad. Esto implica un cambio profundo en la forma en que vivimos y nos relacionamos con la naturaleza.
  • Conversión ecológica: La Iglesia Católica ha llamado a una “conversión ecológica” en las comunidades de fe. Esto significa un cambio de actitud hacia la Creación, reconociendo que el cuidado de la Tierra es una parte esencial de la fe y la responsabilidad moral de todos.
    Así mismo, la Iglesia, a través de organizaciones y líderes eclesiásticos, ha asumido un compromiso activo en la promoción de la ecología integral, alentando a sus fieles a adoptar una visión más holística de la Creación y a tomar medidas para protegerla. Ejemplos de ellos:
  • Movimiento Laudato Si’: Este es un movimiento global que trabaja para concienciar sobre el cambio climático y promover la acción climática a nivel local, nacional e internacional. Organizan eventos, campañas y acciones para movilizar a la comunidad católica y personas de buena voluntad en la lucha contra el cambio climático.
  • Cáritas: La red Internacional Cáritas, la organización de caridad de la Iglesia Católica, trabaja en comunidades de todo el mundo para abordar cuestiones de justicia social y ambiental. Cáritas se enfoca en ayudar a las comunidades más vulnerables a adaptarse a los impactos del cambio climático y promover prácticas sostenibles.
  • Comunidades Eclesiales de Base (CEB): Estas comunidades son grupos de base de la Iglesia Católica que operan en muchas partes de América Latina y otros lugares. Han estado involucradas en la promoción de la justicia social y ambiental durante décadas, a menudo abordando temas como la protección de la tierra, los recursos naturales y los derechos indígenas.
  • Redes y coaliciones ecologistas: Estas organizaciones trabajan en estrecha colaboración con la Iglesia para promover políticas y prácticas ecológicas sostenibles.
  • Universidades y centros de investigación católicos: Comprometidos con la promoción de la ecología integral a través de la investigación, la educación y la difusión de conocimientos sobre temas ambientales.
  • Grupos de jóvenes católicos: Organizan campañas, proyectos de servicio comunitario y actividades de concienciación sobre cuestiones ambientales.

Apoyo a la Justicia Climática

La Iglesia Católica se ha unido a los esfuerzos globales para abordar el cambio climático y la justicia climática, reconociendo la urgencia y la gravedad de este desafío ambiental. Algunos aspectos clave de su apoyo a la justicia climática son:

  • Llamado a la acción audaz: El Papa Francisco ha instado a los líderes mundiales y a la comunidad internacional a tomar medidas audaces para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global. Ha enfatizado la responsabilidad de proteger a las personas más afectadas por los efectos del cambio climático, que suelen ser las más vulnerables.
  • Defensa de los afectados: La Iglesia Católica aboga por los derechos de las comunidades más vulnerables que enfrentan desplazamiento y sufrimiento debido a eventos climáticos extremos. Esto incluye el apoyo a refugiados climáticos y la promoción de políticas que protejan sus derechos.
  • Educación y conciencia: La Iglesia también desempeña un papel importante al educar a sus fieles y a la sociedad en general sobre la urgencia de la crisis climática y la necesidad de tomar medidas colectivas para abordarla.

Cuidado de la Creación en la Liturgia

La encíclica ‘Laudato si” destaca la importancia de incorporar el cuidado de la Creación en la liturgia y las prácticas espirituales de la Iglesia Católica. Esto significa que la dimensión ecológica debe estar presente en la vida religiosa de los fieles de manera coherente con la enseñanza eclesiástica. Algunas de las formas en que esto se logra son:

  • Incorporación de temas ecológicos en oraciones: En las oraciones y liturgias, se pueden incluir peticiones y expresiones de gratitud por la Creación, así como súplicas por la protección y la sabiduría para cuidar de la Tierra. Esto ayuda a los fieles a conectar su fe con la responsabilidad ambiental.
  • Homilías centradas en la ecología: Los sacerdotes y líderes religiosos pueden incluir temas relacionados con el cuidado de la Creación en sus homilías. Esto brinda la oportunidad de reflexionar sobre los desafíos ambientales y la importancia de una respuesta ética y responsable.
  • Celebraciones religiosas especiales: La Iglesia puede organizar celebraciones religiosas específicas dedicadas al cuidado de la Creación. Estos eventos pueden incluir bendiciones de animales, rituales de plantación de árboles o ceremonias de acción de gracias por los recursos naturales.

La integración del cuidado de la Creación en la liturgia y las prácticas espirituales busca recordar a los fieles que la protección de la Tierra es una parte esencial de su fe y que deben actuar como guardianes responsables de la Creación de Dios.

Promoción de la Justicia Ambiental

La Iglesia católica también se compromete activamente en la promoción de la justicia ambiental. Esto significa abogar por la equidad en el acceso a un ambiente sano y sostenible, así como defender los derechos de las comunidades más vulnerables que a menudo son las más afectadas por la degradación ambiental y el cambio climático. Algunas de las acciones y principios que guían esta promoción incluyen:

  • Defensa de los más vulnerables: La Iglesia trabaja para asegurarse de que las políticas y acciones ambientales protejan a las personas y comunidades más marginadas que a menudo enfrentan la mayor carga de los problemas ambientales.
  • Solidaridad global: La Iglesia Católica promueve la solidaridad entre naciones y comunidades, llamando a una respuesta global a los desafíos ambientales y al apoyo de países y comunidades más afectados.
  • Énfasis en la responsabilidad: La Iglesia enseña que todos los seres humanos tienen la responsabilidad de cuidar la Creación de Dios y promover un uso responsable de los recursos naturales.

Propuestas para Mejorar el Cuidado de la Casa Común

  • Promoción de Energías Renovables: invertir en el desarrollo y la implementación de energías renovables para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Fomento de la Agricultura Sostenible: apoyar prácticas agrícolas sostenibles que preserven la fertilidad del suelo y promuevan la diversificación de cultivos.
  • Protección de Áreas Naturales: ampliar y fortalecer la protección de áreas naturales y parques nacionales.
  • Educación Ambiental Obligatoria: implementar programas de educación ambiental obligatorios en todas las etapas educativas.
  • Impulso al Transporte Sostenible: incentivar el uso de medios de transporte sostenibles.
  • Reducción del Desperdicio de Alimentos: implementar políticas y campañas para reducir el desperdicio de alimentos.

Estas propuestas reflejan la llamada del papa Francisco en ‘Laudato si” a reconocer nuestra responsabilidad compartida de cuidar de la casa común y promover un mundo más sostenible y justo para todas las personas y las futuras generaciones. La Iglesia católica, a través de su liderazgo y comunidades de fe, desempeña un papel vital en la promoción de la justicia ambiental y la protección de nuestra casa común.

La Encíclica no sólo nos recuerda que el cuidado de la Tierra es un deber sagrado y una expresión de amor por el prójimo y las generaciones futuras, sino que es un recordatorio poderoso de que, en última instancia, somos guardianes de la Creación y llamados a alabar y proteger nuestra casa común en su totalidad. En un mundo marcado por desafíos ambientales crecientes, esta perspectiva nos ofrece una guía valiosa para actuar de manera más responsable y solidaria en relación con nuestro entorno.

A medida que avanzamos hacia un futuro en el que la sostenibilidad y la equidad ambiental se vuelven cada vez más cruciales, la influencia de ‘Laudato si” y el compromiso de la Iglesia Católica en la protección de la creación siguen siendo una fuente de inspiración para individuos, comunidades y naciones. Nos recuerda que el cuidado de nuestra casa común no es solo una responsabilidad, sino un acto de amor y justicia hacia todos los seres vivos y las generaciones venideras. La encíclica nos invita a unirnos en este esfuerzo colectivo para preservar y nutrir el maravilloso regalo de la vida.


Por Karla Alejandra Corsino Zavaleta. Asistente de Programas Globales del Movimiento Laudato Si’ y exalumna de la Academia Internacional de Líderes Católicos.