Rafael Salomón
Comunicador católico

La esperanza en el amor de Dios


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Ya se siente en el ambiente, se está terminando un año y para ser sincero, es la temporada que me gusta mucho, la disfruto y espero con alegría. Se despiertan los recuerdos de mi niñez, la temporada me hace sentir una alegría muy especial y es que mi familia, aunque pequeña, siempre disfrutamos con transparencia lo que sentíamos y estoy seguro que era alegría y esperanza.



Con o sin dinero, en ocasiones hasta sin regalos, pero siempre tuvimos la certeza de que las cosas cambiarían para bien y para mejorar. La inocencia de mi hermana y mía se manifestaba hacia nuestros padres; sin duda, había un amor tan profundo y sincero, sin promesas, era sólo eso: Amor.

Nos gustaban las celebraciones, ya fueran en casa de mis abuelos maternos o paternos, en la Ciudad de México o en Irapuato, estar juntos como familia era lo importante y estoy seguro que ahora ese sentimiento de pertenencia lo viven mis hijos, son valores que simplemente se transmiten y forman parte de su vida.

Más allá de las luces, ofertas y consumismo

La importancia de estar en familia, es algo que se ha ido perdiendo en esta sociedad, los padres, aunque estén en la misma casa, están lejanos de su familia, en ocasiones hasta aislados de ellos, con sus circunstancias, compromisos y justificaciones, en muchas ocasiones lo único que logran es el distanciamiento de los que se supone más aman.

Se trata de estar con ellos, de compartir todos los momentos, de estar presentes. Y eso fue lo que creó esa cercanía entre nosotros, mis padres estuvieron en todas las etapas de nuestras vidas, algo que trasciende y como lo he expresado en otras ocasiones, se trata de un amor familiar para la eternidad.

Seguro estoy que esta temporada me recuerda ese tiempo, claro que se añora, pero ahora nos toca a nosotros compartir lo vivido, darles a nuestros hijos esa hermosa oportunidad de sentirse amados y que la esperanza de este tiempo que se avecina, es algo que va más allá de las luces, ofertas y consumismo de temporada.

Alimentar la esperanza en el amor de Dios

El significado de lo que vamos a vivir en estas fechas que se aproximan, es sentir el amor en familia, compartir lo que se tiene con los integrantes, esperar que los tiempos van a mejorar y sobre todo alimentar la esperanza en el amor de Dios, el cual se vive cada día.

Sin importar que otras personas no lo hagan, aunque parezca extraño y fuera de tendencia, estoy seguro que las pequeñas acciones dejan bases sólidas en la familia. Ningún obsequio sustituye a las acciones, pero las acciones sí sustituyen a los obsequios. Y lo sé por experiencia, nunca los regalos definieron nuestra relación familiar y eso trato de compartirlo con mis hijos.

El frío, los atardeceres y las hojas caídas, me recuerdan que ya se aproxima un momento de reflexión y de celebración. Entiendo que para muchas personas se trata de un tiempo incómodo y es que las grandes cadenas comerciales se encargan de arrebatar el verdadero significado de lo que viene. No permitas que la envoltura comercial apague la llama de tu corazón, se acerca un tiempo de paz, gozo y preparación.

“He aqui, yo envio mi mensajero delante de tu faz, quien preparará tu camino delante de ti“. Mateo 11,10