José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva
Redactor jefe de Vida Nueva

Ni políticos ni obispos: la exhumación en el 5ºA


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Vísperas del 10-N. El cardenal Cañizares no ha resistido la tentación y ha roto la inercia no escrita instaurada por los obispos de no publicar notas ante las elecciones, tal había sido la saturación político-eclesial del período anterior.

Creo que fue una decisión sabia la de la nueva Conferencia Episcopal; de haber seguido con la rutina, no habrían podido dedicarse a otra cosa en los últimos tiempos. Pero, sobre todo, teniendo en cuenta el contenido de tales comunicaciones: nada nuevo más allá de un ramillete de generalidades que es difícil no abrazar, incluso por quienes luego acaban asfixiándolas.

Pero el arzobispo de Valencia, junto con los pastores de la Provincia Eclesiástica Levantina –casi la mitad son auxiliares suyos– encabeza las firmas de una nota cuya novedad la encontramos hace dos meses en una pastoral del obispo de Mallorca: la petición de rezar por los políticos. Igual, por otra parte, que el debate de los candidatos a la presidencia del Gobierno. La nada en prime time, el vacío cronometrado, la falta de convicción en alta definición.

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Los cinco candidatos a las elecciones generales, a punto de comenzar el debate

“Hemos sido irrelevantes”, decía un obispo catalán tras la nota en la que abordaban la situación en Cataluña tras la sentencia del procés. Lo ha sido la nota de sus hermanos de Levante. Y lo son los mítines y eslóganes políticos. Nadie se los cree.

Hoy la gente ya no se conmueve por esas proclamas ni por los golpes de pecho episcopales. Les inquieta más la noticia de la anciana que llevaba quince años muerta en su casa, que el destino final de Franco. Es su destino, oiga, el que les inquieta. Y su presente.

Y les inquieta porque la vida actual aboca a esa vida en soledad, sin que te echen de menos ni se preocupen por tus necesidades (ay, los valores). Y les inquieta porque es la vida real (vean las estadísticas del FOESSA), no la que llevan los políticos en sus chuletas ni tantos obispos en sus notas.

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