Rafael Salomón
Comunicador católico

Defendiendo a sus feligreses


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Un sacerdote en Nigeria es captado portando un arma de fuego para proteger a sus feligreses. Esto después del ataque perpetrado donde 150 personas fueron asesinadas en misa; como respuesta, vemos esta clase de acciones que nos hacen pensar acerca del terrorismo que se vive en ese país. Son tiempos difíciles, se arriesga la vida y se toman decisiones que parecerían contrarias a nuestra fe.



Confiar más en un arma en un territorio hostil parece ser lo más coherente, se arriesga la vida en cada celebración, en la calle y por el hecho de profesar la fe católica. Las opiniones se han dividido en la red, desde aquellos que alientan al sacerdote y le motivan a continuar; así como, quienes expresan su desacuerdo por la no violencia.

Realmente, ver a un sacerdote portando un arma para salvaguardar su integridad y la de su pueblo, no deja a nadie indiferente, más bien, nos hace pensar en una guerra declarada, es la intolerancia religiosa en su máxima expresión.

“En total, 178 aldeanos inocentes de Bokkos fueron masacrados a sangre fría y sin provocación. 25 comunidades resultaron afectadas y 1,290 viviendas fueron incendiadas“, afirmó el presidente del gobierno local del territorio de Bokkos, Monday Kassa. (Fuente: @AlertaMundoNews)

“La fe se comienza a cuestionar frente al peligro”

La intolerancia religiosa se ha convertido en una constante en nuestros días. No cabe duda que la situación en Nigeria es tensa y desalentadora en términos de seguridad para la Iglesia católica, de manera que algunos sacerdotes han decidido hacer justicia por su propia mano, antes de perder la vida en manos de aquellos que no comprenden la libertad de culto.

Tiempos difíciles, donde la fe se comienza a cuestionar frente al peligro que se vive en esas regiones y aquí la pregunta: ¿Usted tomaría las armas para defenderse frente a tanta violencia?

Cuando se está en peligro constante, surge una respuesta colectiva que deja de cuestionar la moral y los principios, se aplica la ley del más fuerte o el más agresivo para imponer criterios como la política, la economía y la paz. Lo más probable es que usted también decida defender de la misma manera en la que se le está atacando.

Nunca ha sido la respuesta a ningún conflicto humano, pero la violencia genera violencia y en tiempos complicados, la respuesta será la misma. Jesucristo fue muy claro al respecto y encontramos: “Han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo que no enfrenten al que les hace mal; al contrario, a quien te abofetea la mejilla derecha, preséntale también la otra…”. Mateo 5, 38.

No hay lugar para responder con violencia, no debería ser la respuesta, pero se requiere de una fe inquebrantable que nos enseñe a perdonar a quienes son capaces de arrebatarnos la vida por pensar de manera diferente. Elevemos nuestras oraciones por nuestros hermanos en Nigeria que viven tiempos de terrorismo por profesar su fe y oremos por los sacerdotes que han decidido cuidar con su vida a la feligresía levantando las armas para defender sus vidas.

¿Tener un arma acaso no implica falta de confianza en que Dios cuidará de nosotros? Aquí dejo esta reflexión.