José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Brazos quebrados


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JUEVES

Escucha y acogida. Desde el empatizar con las preocupaciones del otro, con la mirada de los otros.



VIERNES

Consejo Editorial de Vida Nueva. Último del curso. Para analizar, enmendar y proponer. Un par de reflexiones que me dan para unos cuantos kilómetros en el coche de vuelta a casa. “No es lo mismo condenar que bendecir”. Por las obsesiones de unos y las querencias de otros. “Nuestra sociedad dice ser más transparente que nunca, y se vuelve cada vez más opaca. Solo muestra la punta del iceberg, mientras sigue serpenteando”.

SÁBADO

Conversación informal con José Manuel Sierra. Sobre el motu proprio de Francisco. Nos reímos del chiste por excelencia de su gremio. ¿La diferencia entre un terrorista y un liturgista? Con el terrorista se puede negociar. Tras la carcajada, la preocupación. Por lo que el califica de “esnobismo de algunos que han nacido ayer”. No lo dice un cualquiera.

Un docente de San Dámaso que tiene a sus espaldas unos cuantos años como oficial de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Alguien que ha seguido de cerca todo el esfuerzo por sumar de Benedicto XVI, pero también los desplantes de quienes, en este tiempo, se han aprovechado de esos brazos abiertos para quebrarlos.

DOMINGO

Provoco a Sacramento, que remata sus doce años de general. ¿Otro sexenio más? “Mi deseo es la portería de un colegio”. Y eso que sabe que ahora ese puesto es también de riesgo.

LUNES

Abro las ‘memorias no memorias’ de Carmen Rigalt. Un regalo que esperaba, pero que parecía resistirse. No me puedo detener más allá de un prólogo que juega a ser mucho más que una declaración de intenciones. “Nada de lo que ha ocurrido en mi vida merece un esfuerzo para ser registrado”. A priori, un discurso derrotista. Humildad de quien se siente “siervo inútil” en lo bíblico, sin falsas modestias.

MARTES

Escucho en la radio a alguien, con buen humor, que se empeña en justificar cómo el auge de la depilación masculina está detrás de la quiebra de Lehman Brothers. El empeño de llevar al extremo el efecto mariposa. O lo que es lo mismo, retorcer el argumentario para dar la razón a mi tesis preconcebida.

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