Milingo, reducido al estado laical

MilingoHa tardado más de lo que algunos pronosticaron, pero el “especial sufrimiento” que han causado a la Iglesia durante casi una década los “lamentables comportamientos” de Emmanuel Milingo, ha obtenido la respuesta esperada por parte de la Santa Sede: el 17 de diciembre, se anunciaba que al arzobispo emérito de Lusaka se le imponía la “pena de la dimisión del estado clerical”. Este “hecho absolutamente excepcional” viene a sumarse a la suspensión de 2001, tras su matrimonio con la coreana Maria Sung, y la excomunión latae sententiae de 2006, cuando ordenó cuatro obispos en Washington sin el mandato pontificio. Son medidas adoptadas por el “grave desconcierto y escándalo en los fieles” y para poner a salvo la comunión eclesial. Nada de todo ello, sin embargo, reparará el daño causado a unos y otra por el ya “señor Milingo”. A propósito, ¿qué pensarán esos fieles de que como medida disciplinaria se reduzca a alguien al estado laical?

En el nº 2.689 de Vida Nueva.

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