La nostalgia

José María Rodríguez Olaizola(José Mª Rodríguez Olaizola– Sociólogo jesuita)

“Ante algunas declaraciones que de vez en cuando se oyen, acerca del pasado y el presente en esta Iglesia nuestra (…) no puedo menos que protestar. Me temo que el problema de la Iglesia no es que haya cambiado demasiado, sino que ha cambiado demasiado poco”

Hay un sentimiento muy común a todos los mortales. Es esa mirada que tiende a anclarse en episodios del pasado, en épocas distintas, en recuerdos felices. La memoria tiene esa capacidad fascinante de limar las aristas y mitificar lo vivido, así que cuando el presente resulta difícil, áspero o incómodo es una tentación fuerte el refugiarnos en el sueño de los viejos tiempos. Uno, entonces, piensa en los días hermosos de tal o cual relación, cuando cada encuentro era una fiesta y cada palabra una declaración de amor.

O piensa en otras etapas de la vida, en las que el trabajo llenaba más, o las actividades eran más interesantes, o la oración estaba más habitada por Dios… O piensa en otras épocas de la Iglesia, en
que los templos estaban llenos y la gente participaba de creencias, culto y prácticas con otra devoción…

Pero hay cierta trampa en la mirada nostálgica. Primero, porque poco a poco idealiza el pasado,
sin acordarse de sus dolores, incertidumbres y vacíos. Segundo, porque queda cautiva de ese tiempo anterior, en lugar de abrirse, con esperanza, a un presente lleno de posibilidades y a un futuro que, necesariamente, ha de ser diferente, y no un retorno a lo que quedó atrás.

Pues bien, ante algunas declaraciones que de vez en cuando se oyen, acerca del pasado y el presente en esta Iglesia nuestra; ante ciertos diagnósticos que parecen evocar “aquellos gloriosos días” y contraponerlos a “este sombrío presente”, no puedo menos que protestar. Me temo que el problema de la Iglesia no es que haya cambiado demasiado, sino que ha cambiado demasiado poco. El catolicismo del siglo XXI no puede ser el del XIX. Sin duda, caricaturizo lo que a veces se percibe en los nostálgicos, y tal vez es una simpleza de órdago decir algo así. Pero no podía menos que decirlo.

jmolaizola@vidanueva.es

En el nº 2.679 de Vida Nueva.

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