El humor inglés es capaz de provocar un incidente diplomático entre el Vaticano y Downing Street. Ni David Lodge lo hubieran hecho mejor. “Elemental querido Watson”. Lo triste de todo, y que se repite en edificios oficiales, diplomáticos e incluso en curias y despachos vaticanos, es que se use Internet para zaherir, insultar y dar rienda suelta a la calumnia.