“Moderno pero gorrino, ése es mi destino”

Jesús Sánchez Adalid(Jesús Sánchez Adalid– Sacerdote y escritor)

“Cualquier cosa vale, por absurda que sea, excepto procurar el crecimiento ético de los hijos, que parte desde lo biológico, pasando por lo social y lo autorregulado, hasta el necesario autocontrol. Así nos va”

Con tristeza y no poca vergüenza, propia y ajena, los extremeños hemos asistido atónitos durante las últimas semanas al pitorreo suscitado, con extraordinaria difusión en la prensa nacional, por el taller de la Junta de Extremadura en el que se anima a jóvenes de entre 14 y 17 años a la masturbación y al uso de juguetes eróticos (como las bolas chinas), con la sugerente frase El placer está en tus manos, a través de su Consejo de la Juventud y del Instituto de la Mujer. Esta pasmosa iniciativa, que empezó en septiembre y finaliza el 20 de noviembre, tiene un presupuesto de 14.000 euros, nada minúsculo por tratarse Extremadura de una de las comunidades con más alto índice de desempleados.

Precisamente en estos tiempos, en los que tanto se insiste en lo necesario de educar en la responsabilidad mediante una comprensión correcta y una humanización de la sexualidad, en medio de un erotismo abrumador, el intervencionismo pseudoprogre y paternalista se sigue empeñando en demostrarnos que siempre se puede ir más allá en lo meramente secundario, en lo genital. ¿Qué tipo de personas quieren? Cualquier cosa vale, por absurda que sea, excepto procurar el crecimiento ético de los hijos, que parte desde lo biológico, pasando por lo social y lo autorregulado, hasta el necesario autocontrol. Así nos va. Como se ve, a estos “educadores” no les interesa la libertad para elegir ni la conciencia moral. Creen que tienen la llave de la felicidad, y que no es otra que el simple placer.

Muertos de risa por lo grotesco del caso, unos adolescentes del pueblo donde vivo tararean una sicalíptica cancioncilla extraída del peculiar universo de Youtube que reza así: “Moderno pero gorrino, ése es mi destino”. Como resumen en este asunto no puede resultar más explícito el pareado.

La pena es lo que costará reconducir estas pobres afectividades basadas en las bolas chinas y los penes de plexiglás.

En el nº 2.684 de Vida Nueva.

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